La extracción de materiales para la construcción de la ribera del río Camú, como grava, arena y cascajo, ha causado graves daños a este afluente que suple de agua a decenas de familias de este municipio de la zona sureste de Puerto Plata.
Líderes de distintas asociaciones y agrupaciones de la sociedad civil claman ante las autoridades provinciales del Ministerio de Medio Ambiente para que se ponga freno a esta práctica, debido a que diariamente decenas de choferes de camiones salen de sus riberas con materiales que comercializarían en ferreterías o con ingenieros que levantan proyectos en la comunidad de Cabarete.
El presidente de la Asociación para el Desarrollo de Montellano, Israel Gómez, lamentó que las autoridades provinciales de Medio Ambiente se hagan los “ciegos y los mudos ante la depredación que está siendo objeto nuestro río Camú, del cual se abastecen decenas de familias que utilizan sus aguas para resolver problemas cotidianos”.
Gómez Batista dijo que en diferentes “horas del día dueños de camiones volteos se apostan en la ribera de este afluente para que las retroexcavadoras los suplan de cascajo, arena y grava para la construcción”.
Dijo que el alcalde de este municipio, José Héctor Rojas Padilla, alega que esto se lleva a cabo porque “estamos reparando nuestros caminos vecinales, pero lo cierto es que estas vías campestres siguen en franco deterioro porque hasta ahora no han recibido el primer viaje de cascajo, arena o grava”.
Gómez Batista sostuvo que cada vez que el movimiento organizado de esta población exige que se ponga freno a esta práctica, las autoridades municipales responden que cuentan con los permisos necesarios para ello.
Los permisos, sin embargo, están vencidos desde que el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indhri) concluyó hace más de cuatro años los trabajos de instalación del muro de gaviones para evitar que cuando se desborda este afluente penetre a los barrios ubicados a la orilla baja de esta comunidad.