Una vez finalizado el acto de premiación, y cuando el reloj marcaba las 10:30 de la noche, los invitados pasaron a compartir con los anfitriones en una carpa blanca de 200 pies de largo por 45 de ancho, donde el decorador Vitico Erarte recreó un hermoso jardín de interior, inspirado en el de la residencia de los esposos Corripio Alonso “específicamente en lo que yo denomino el jardín de doña Ana Mari”, expresó Erarte.
Pinos frescos de Constanza, azahares de Moca y céfiros de las lomas de Puerto Plata destacaron entre las más de cuarenta variedades de plantas usadas acertadamente por el consagrado decorador para dar forma a este cálido y majestuoso espacio, muy acorde con la corriente ecológica que se sigue hoy en día.
Los arreglos de follajes colgantes contrastaron con las rosas rojas y margaritas amarillas, claro homenaje a los colores de la bandera de la España que vio nacer al entronque de la familia Corripio Alonso: los señores Manuel Corripio García y Sara Estrada de Corripio, quienes comenzaron una vida de familia juntos en la República Dominicana en 1938, con su único hijo, José Luis Corripio Estrada, quien a su vez casó con Ana María Alonso en 1963, formando una familia de cuatro hijos: Manuel, Lucía, José Alfredo y Ana.
La noche del pasado lunes fue muy especial para todos ellos y sus descendientes, la tercera generación, pues juntos conmemoraron los cien años de la llegada de su antepasado, Manuel Corripio García, quien vino por primera vez al país en el 1916, a la edad de 13 años. Fue una noche para retribuir de manera generosa la acogida que han tenido en esta patria, que también consideran suya.
Todos compartieron gentilmente con cada uno de los invitados en esta primera vez en la historia de los Premios Fundación Corripio, encuentro social que se celebró en los jardines del Teatro Nacional.
Allí, con ambientación musical de Víctor Mitrov, los invitados degustaron bocadillos variados preparados por Decobuffet, consistentes en “roast beef” relleno de espárragos en “spice mustard”, “sticks” de emmental enlazado en jamón serrano, trufas de salmón ahumado con aroma de alcaparritas y eneldo, crostinis de brie con caramelo de manzanas, “bocconcini” capresa en pesto de albahaca, “sandwich bites” integrales con crema de puerro acompañado de bebidas variadas como: vinos y cavas.
La noche especial terminó cerca de la media noche, como era de esperarse, bajo el fuerte aguacero que caía sobre la ciudad.