La poesía posee ese raro atributo de poder suspender o congelar algún momento, encapsularlo en la forma que los versos permitan, para luego regalar las emociones que quedan liberadas cada vez que es dicha o leída. Hagamos un intento de definición. ¿Qué es la poesía?
Poesía es una palabra cuyo origen, o etimología, viene del griego poiesis que quiere decir hacer o crear. Lo cual me recuerda que Vicente Huidobro, en su Arte Poética, afirma que el poeta es un pequeño Dios.
Son innumerables los intentos por definir o explicar la poesía; tratar de hacerlo es como explicar el sentimiento que produce la belleza, o meter dentro de una jaula a un rayo de sol. El poeta argentino Jorge Luis Borges decía que la poesía es algo que no puede definirse sin caer en el pecado de la simplificación. Sería según Borges– como tratar de definir el color amarillo, al amor, o la caída de las hojas en el otoño
El poeta ruso Andrei Voznesensky recientemente aportó una idea para definir al poema: es un cristal, un modelo de la creación, una estructura de armonía, un método del pensamiento penetrando la esencia de lo que ocurre, una manera de revelar la verdad. La poesía no conoce fronteras; no tiene capitales ni provincias. Hay muchas lenguas, pero la poesía es una sola. A veces parece que según tantos escritores haya, así habrá definiciones o explicaciones acerca de qué es la poesía.
Pero ¿acaso hay en este mundo moderno algún concepto, idea o cosa que no pueda asirse concretamente, que no quepa dentro de alguna categoría del conocimiento aun sea abstracto como ciertos misterios igual que el álgebra– y por tanto pueda situarse inteligentemente dentro de los parámetros necesarios para que, al referirnos a ello, sepamos todos de qué hablamos, y que se trata de una misma cosa? ¿Escapa algo a su propia definición?
Si queda uno convencido de que nada escapa a las definiciones, tercamente pervive la pregunta, ¿quién trataría de enjaular un rayo de sol? La poesía es la manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa.
Esta seca definición del Diccionario, sin embargo, pese a su impecable corrección, deja que el rayo de sol que queríamos capturar se escape.