Entrenadores de Vladimir: “No podía fallar”

Entrenadores de Vladimir: “No podía fallar”

Si en algo coinciden los entrenadores de Vladimir Guerrero hasta su firma para el béisbol de Estados Unidos es en que el espigado jugador “no podía fallar”.
Su talento ilimitado se le veía por encima de la ropa, a decir de Víctor Franco, quien lo llevó a firmar con los Expos de Montreal, por poco más de 2 mil dólares, en el 1993.
“Me lo trajeron Eliezer y Wilton Guerrero, tenía una pequeña lesión y se le proyectaba como un gran lanzador”, recuerda Franco.
Franco tenía el único programa de béisbol en la zona y los Dodgers de Los Angeles le habían firmado a Eliezer y Wilton, los dos hermanos mayores de Vladimir.
“Me emocionó el talento de Vladimir, de inmediato supe que tenía una mina de oro, habilidades para jugar en cualquier posición”, dijo.
Asegura que “este muchacho” bateaba cualquier tipo de lanzamiento, que lo probó en el campo corto y en la tercera, aunque finalmente se decidió por los jardines.
Asegura que ya en Estados Unidos intentaron convertir a Vladimir en un receptor. “Y la verdad que tenía habilidades para cualquier posición, se trataba de un pelotero completo”, sostiene.
Julián Paulino. Conocido como Cuto, Julián Paulino, pariente de Vladimir y uno de sus primeros entrenadores, recuerda que lo recibió cuando era apenas un niño.
“Empecé a orientarlo cuando tenía entre seis o siete años, porque le gusta mucho el béisbol, jugaba con pelotas que hacían de media, a la que introducía hasta semillas de aguacates y otros objetos y el bate era de penca de palma de coco”, sostiene.
Expone que años después Vladimir se formaliza en su liga, que hoy lleva el nombre Hermanos Guerrero.
“Desde el 1997, mi liga lleva el nombre Hermanos Guerrero, en honor a estos muchachos, que son orgullo de nuestra comunidad”, añade Paulino.
Chichi Valdez. Aunque no fue entrenador de los hermanos Guerrero, Pedro Julio García Valdez ha sido testigo de su desarrollo como pelotero.
Es el fundador y presidente de la Liga Chichí Valdez, por la que han pasado parte de los peloteros de Don Gregorio y Nizao que han llegado al béisbol profesional.
“Tendremos un Salón de la Fama, un orgullo de nuestras comunidades y una motivación para los niños de esta zona”, concluyó.

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