Epidemiología de la violencia

Epidemiología de la violencia

La epidemiología de la violencia estudia el uso del poder y la agresión contra las personas resultando lesiones físicas, mentales, privaciones o muerte. La violencia ejercida por un ser humano contra otros, o la que se deriva del tránsito causa enfermedades, daños, lesiones y muertes a miles de dominicanos, es el mayor problema de salud pública de este momento histórico. La violencia no es un suceso aleatorio, sino un hecho de masas con claras determinantes sociales.

Tanto por el número de casos lesionados como por las muertes, los costos de su atención superan los invertidos en otros problemas. Siendo un abordaje clave para políticas públicas facilitadoras que los presupuestos inyecten a los ministerios de salud, recursos suficientes para su manejo.

Algunos políticos empíricos reducen el control de la violencia no asociada a conflictos militares a la esfera de lo represivo. La violencia es una “socio-epidemia” y pretender otorgar un manejo enfocado en lo coercitivo, es actuar sobre los efectos, obviando los factores causales de este grave problema. En todos los países la violencia como fenómeno de letalidad requiere más recursos que los necesarios para controlar varias enfermedades infecciosas. Sólo en Estados Unidos se pierden a causas de la violencia y accidentes, diez mil millones en los servicios, 23 mil millones en productividad y 145 mil millones de dólares en calidad de vida.

Muchos países superaron las enfermedades infecciosas, pudiendo concentrar recursos en el control de la violencia y los accidentes, sin embargo República Dominicana debe enfrentar un mosaico epidemiológico formado por procesos transmisibles como dengue, SIDA y enfermedades respiratorias en conjunto con los daños de la violencia y accidentes. El perfil epidemiológico dominicano varió desde que las ciudades se llenaron de gente. En 1996 Gómez y Castellanos estudiaron que la Policía Nacional registró 14,913 muertes (1991-1995), por eventos violentos y accidentes, lo que debió permitir hace 20 años otorgar prioridad a estas epidemias sociales.

Deben estudiarse para su control los factores de riesgo de la violencia y los accidentes relacionados al uso de sustancias de diversión y alcohol, abuso infantil y sexual, agresión doméstica, violencia y acoso escolar, violencia de pandillas, suicidios, violencia policial y control de armas y el tránsito.

Se demanda estudiar situaciones mentales y sociales que aceleran la conducta violenta y agresora, pero sobre todo el abordaje de este problema impone un esfuerzo mancomunado para formular un Plan Operativo Nacional de Prevención y Control de la Violencia y los Accidentes de Tránsito.

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