La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) afirmó ayer que la renuncia del padre Manuel Ruiz de la Rosa como enlace entre la institución y el Poder Ejecutivo se hizo sin previa consulta, obedeciendo a razones personales “que no corresponden en todas sus partes a los criterios y posición de los obispos dominicanos”.

En un escueto comunicado, la CED agradeció al padre Ruiz “el generoso y amable servicio” que prestó durante este tiempo, y todo lo que tiene que ver con la defensa de la vida.

Asimismo, manifestó que la Iglesia continuará el ofrecimiento al país y al Gobierno de su colaboración y contribución en las obras sociales, en especial en los sectores de la educación, la sanidad, la promoción humana y la caridad.

El organismo afirmó que continuará las orientaciones que ayuden a la toma de decisión de los mejores intereses de la nación.

Jornada de oración. Previo al comunicado, los obispos participaron en una jornada de oración contra el aborto y para que no se acojan las observaciones del Poder Ejecutivo al Código Penal, en las que plantea que pueda interrumpirse el embarazo cuando la vida de la madre está en peligro, cuando la preñez sea fruto de una violación o incesto y cuando el feto tenga malformaciones congénitas incompatibles con la vida.

El texto de la oración de los obispos decía: “Padre Bueno, Tú que eres el autor de la vida y enviaste a tu Hijo al mundo para que todos tengan vida y la tengan en abundancia, te pedimos que envíes tu espíritu de sabiduría al señor Presidente de la República y a los legisladores, para que se ratifique el Código Penal tal como fue aprobado y se proporcione a la sociedad dominicana un instrumento que respete nuestra Constitución”.

La lectura de la oración fue encabezada por monseñor Gregorio Nicanor Peña, obispo de La Altagracia, y José Dolores Grullón, de San Juan, presidente y vicepresidente de la CED.

Participaron, además, Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo metropolitano de Santiago; Antonio Camilo González, de La Vega; Freddy Antonio de Jesús, de Baní; Diómedes Espinal, de Mao-Monte Cristi; Valentín Reynoso, auxiliar de Santiago; Fausto Ramón Mejía, de San Francisco de Macorís, y Carmelo Santana, secretario general.

También los auxiliares de Santo Domingo Amancio Escapa, Pablo Cedano Cedano y Víctor Emilio Masalles.