¿Es necesario transformar las asociaciones en bancos?

¿Es necesario transformar las asociaciones en bancos?

Recientemente el Gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, se reunió con la Liga de Asociaciones de Ahorros y Préstamos, donde los directivos plantearon la pérdida de participación en el mercado porque la Ley Monetaria y Financiera limita las operaciones de esas entidades y las coloca en situaciones de desigualdad frente a otras instituciones del sector financiero; frente a ese planteamiento el Gobernador se comprometió a reintroducir ante la Junta Monetaria el proyecto de conversión a las asociaciones que voluntariamente quieran transformarse en una de las figuras contempladas en la Ley.
Justamente el 17 de noviembre de 2013, cuando se discutía el borrador del proyecto, publiqué un artículo en este periódico bajo el mismo título y me permito repetir algunos de los párrafos que nueva vez adquieren vigencia.
En los Estados Unidos, donde las asociaciones surgieron a partir de 1816, entraron en grave crisis a partir de la década de los setentas del siglo pasado, motivadas principalmente por el descalce entre altas tasas de interés pasivas y las tasas fijas de las hipotecas, lo cual provocó que entre 1986 y 1995 se redujeran las Savings and Loan Association ( &L) de 3,234 entidades a 1,645 y cayera su participación en el mercado hipotecario familiar de 53% en 1975 a 30% en 1990, mientras los bancos y otras instituciones financieras asumieron la mayor parte del pastel. Tras ese episodio prácticamente han desaparecido las asociaciones mutualistas y ese fenómeno se ha repetido en Europa y toda nuestra región.
La asociaciones en nuestro país surgieron a partir del 14 de mayo de 1962, al amparo de la Ley 5897 del Consejo de Estado, les cabe el mérito de haber financiado millares de vivienda a familias, especialmente de clase media, y crear el habito del ahorro a segmentos de la población no bancarizados; pero en la medida que los bancos comerciales se pudieron convertir en bancos de servicios múltiples, con anterioridad a la promulgación de la Ley Monetaria y financiera, comenzaron a incursionar en el mercado de las hipotecas, que hasta entonces era manejado por las asociaciones y los bancos hipotecarios.
Con la promulgación de la Ley 183-02, desapareció la banca especializada, se definieron las atribuciones de Bancos Múltiples, Bancos de Ahorro y Crédito, Corporaciones de Crédito, y las Asociaciones de Ahorros y Préstamos conservando su condición de mutualistas, aunque pagan impuestos al igual que las demás entidades financieras.
Aun cuando la mayoría de la cartera de las asociaciones está concentrada en el financiamiento a la vivienda, han debido competir con la banca múltiple en préstamos a otros sectores, tarjetas de crédito, operaciones cambiarias y tesorería, sin embargo están en desventaja pues no pueden ofertar otros servicios.
Cuando se aprobó la Ley Monetaria y Financiera en 2002, se estableció en su Artículo 75 la posibilidad de que las Asociaciones de Ahorros y Préstamos pudieran, un año después de la aprobación de la Ley y sujeta a un Reglamento de la Junta Monetaria, convertirse en una de las entidades contempladas en el Art. 34.

La posibilidad del subsector (representa el 10.7% de los activos del sector y el 18.4% del patrimonio) convertirse, con toda seguridad en bancos múltiples, va a permitir a esas instituciones garantizar su supervivencia.

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