No hace mucho, el presidente argentino, Mauricio Macri, salía constantemente en la primera página de los periódicos por motivos desafortunados.
De abril a junio, se enfrentó a duras críticas conforme la moneda argentina se desplomaba, el crecimiento se enfriaba y la inflación iba en aumento. La cobertura empeoró aún más cuando Macri solicitó ayuda del Fondo Monetario Internacional, una institución a la que los argentinos culpan por causar la crisis económica del 2001 en el país.
Asimismo, la coalición política de Macri, Cambiemos, fue objeto de escrutinio por presunta financiación ilegal de campaña.

El índice de aprobación de Macri se desplomó a mínimos históricos.
Pasadas seis semanas, el torrente de malas noticias que rodean a Macri casi ha desaparecido de los periódicos locales, que en su lugar se centran en una creciente investigación por corrupción que afecta a la principal oponente política de Macri y en un intenso debate sobre la legalización del aborto.

El índice de aprobación de Macri se ha estabilizado, por ahora. La pregunta es durante cuánto tiempo se desviará la atención de los problemas económicos.

En el centro de la presunta corrupción se encuentra la oponente y predecesora de Macri en el cargo, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Una investigación del periódico La Nación, que ha resultado en más de doce detenciones, informó que se llevaron sobornos a propiedades de Fernández cuando ésta era presidenta. Fernández compareció en los tribunales ayer lunes para ser interrogada.

“Todo lo que empaña a los Kirchner es un regalo para Macri”, dijo Benjamin Gedan, ex director del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca para Sudamérica y director del Proyecto Argentina. El debate sobre el aborto y la investigación sobre sobornos “dan a Macri cierto respiro, que es lo que necesita hasta que la economía empiece a reanimarse”.

El escándalo tiene a Fernández, actualmente senadora, en el punto de mira mientras reduce sus posibilidades de hacer frente a Macri en las elecciones presidenciales del próximo año, dicen los analistas.
Si Macri gana, sería una clara victoria para los inversores que apoyan ampliamente sus reformas promercado y se mantuvieron alejados de Argentina durante el gobierno populista de 12 años de administraciones anteriores.

“Cambiemos tiene muchas más posibilidades de ganar las elecciones, si la credibilidad de Kirchner es un tema clave”, dijo Juan Germano, director de Isonomía Consultores en Buenos Aires.

El cambio de suerte quedó de manifiesto la semana pasada: el peso perdió un 5,9%, pero la cobertura de los medios sobre la caída quedó eclipsada por el escándalo y la votación sobre el aborto en el Senado.