Escándalo mayúsculo

Escándalo mayúsculo

La revelación que ha hecho el presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Mariano Germán Mejía, de que una juez confesó que recibió dinero para excarcelar a un regidor convicto por sicariato y falló atendiendo órdenes superiores para favorecer a socios en el caso Atiemar, confirma que la judicatura nacional está en el foco de un gran escándalo. La investigación en torno a las actuaciones de la juez tiene que llegar hasta dejar en claro quién o quiénes y desde qué instancia del poder se maneja el régimen de oscuras órdenes superiores para manipular decisiones judiciales en perjuicio de la sociedad y de la confianza que debe merecer el aparato judicial.

La investigación de varios jueces acusados de cometer irregularidades en el ejercicio de sus funciones tiene que llegar hasta el punto que permita limpiar la imagen de aquellos magistrados no culpables, pero acarrear drásticas consecuencias sobre quienes hayan cometido indelicadezas en la administración de justicia. Es un secreto a voces que el aparato judicial ha sido permeado por el crimen organizado y sería un error considerar que solo el área de la judicatura ha sido víctima de ese embate. Expertos juristas han señalado que muchos casos criminales “se caen” en la justicia debido a expedientes deliberadamente faltos de consistencia y por el pobre aporte de elementos de acusación. Es hora de remover altares en la justicia y desentrañar y curar sus debilidades.

Pesar por Santiago

Cuando apenas habían transcurrido 20 días de noviembre en curso, en la ciudad de Santiago habían muerto violentamente 28 personas, es decir, un ritmo de más de un muerto por día. Una de las últimas víctimas fue Alfredo Taveras, de 19 años, abatido a tiros durante un incidente en una fiesta en el sector Rafey. Pero eso no es todo. Santiago tiene montones de basura por doquier y la arrabalización va ocupando cada vez más espacios.

Realmente es una lástima ver en semejante situación a una de las ciudades más alegre y laboriosa que tiene el país. La prevención del delito está en sus peores momentos y circunstancias, y no son halagüeñas las expectativas ante la proximidad de las fiestas navideñas, cuando tienden a repuntar el consumo de bebidas alcohólicas y la delincuencia. Sentimos pesar por Santiago.

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