Laura Millan Lombrana
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El Ejército de Chile administra un fondo para armas no revelado: son pocos los que saben cuántos miles de millones de dólares contiene, en dónde se los invierte o exactamente en qué se los gasta. Ahora, un escándalo de apuestas en un casino local, parece que va a cambiar todo esto.
Fiscales y periodistas están desenrollando la historia de cómo al menos US$3,5 millones del fondo fueron sustraídos por uno de sus administradores para financiar un estilo de vida en donde se combinan los juegos de azar, las carreras de caballos y los viajes al extranjero.
El periodista Mauricio Weibel, quien destapó el escándalo y escribió un libro al respecto, dice que éste puede ser el comienzo de muchos otros casos.
“Todavía desconocemos su magnitud, pero sabemos que la corrupción está muy extendida”, dijo Weibel. “Todos los días surge información de casos más importantes y nuestra sensación es que éste es sólo el comienzo de una larga investigación sobre corrupción y fraude dentro de las fuerzas armadas”, dijo.
El caso sigue a una serie de otros escándalos en Chile relacionados con la financiación de campañas políticas y sobornos, y afecta la imagen de un país famoso por su honestidad. También amenaza el último legado de una dictadura militar que otrora controlaba todo lo sucedido en la nación sudamericana y no admitía críticas a su reputación. Como una prensa y un sistema jurídico que se han fortalecido, el gobierno promete mayor transparencia y los militares son una sombra de lo que fueron.
El fondo para armas se financia según lo dispuesto en una ley redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet, que garantizaba a los militares un 10 por ciento de las ventas de la minera estatal de cobre Codelco.
Con el auge de los precios del cobre durante gran parte de la década pasada, ese porcentaje representaba mucho dinero, tanto como US$14.300 millones entre 2000 y 2015. Cómo gastaban los militares ese dinero dependía de ellos, siendo poca la supervisión por parte del gobierno.
Incluso después de actualizar al ejército, la marina y la fuerza aérea en la década pasada, el fondo podría contener aún unos US$6.600 millones, o casi un 3% del producto interno bruto de Chile, de acuerdo con el legislador Jaime Pilowsky, que dirige la comisión del Congreso que investiga la corrupción en el ejército.
“Es una abominación que en tiempos de democracia esta ley opere bajo tal nivel de reserva”, dijo Pilowsky.
“No puede haber más leyes secretas encerradas en bóvedas de difícil acceso incluso para los congresistas”, dijo Pilowsky, quien está haciendo campaña para cambiar la forma en que se financia a los militares.