El presidente Medina, quien aseguraba en campaña que en un Gobierno suyo el solo rumor público contra un funcionario sería motivo para destituirlo, ha resultado muy tolerante ante situaciones de escándalos como las que vive la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE).
Resulta difícil entender cuáles compromisos puede tener el mandatario con un funcionario como el ingeniero Francisco Pagán, quien, además de hacerlo quedar mal con el incumplimiento de obras ofrecidas por el Gobierno, tiene un manejo cuestionable de la institución a su cargo.
Comunicadores, diametralmente opuestos, como Nuria Piera y Julio Martínez Pozo, han coincidido en denunciar situaciones anómalas en una dependencia que arrastra un largo historial de corrupción desde la administración del ingeniero Pimentel Kareh.
Entre las irregularidades más frecuentes denunciadas en la OISOE, está la violación a las leyes 340-06 y 449-06, así como al Decreto 543-12 con la imposición de terceros suplentes en obras ganadas por concursos, quienes son favorecidos con un cincuenta por ciento del presupuesto.
Muchos profesionales víctimas de esta situación fueron conminados por el director de la OISOE para que no denunciaran las irregularidades que padecen en reunión con el presidente Medina, por lo que Martínez Pozo calificó el encuentro de montaje.
Coincidencialmente las obras como los hospitales, en las que se han impuesto terceros, han aumentado sus presupuestos hasta en un 258%, violando la Ley 340-06 que contempla solo un 25% de posible variación presupuestaria.
El ingeniero Pagán ha llevado a la quiebra a muchos profesionales de la construcción, quienes asediados por las deudas se preguntan si será que el presidente Medina está esperando otra desgracia como la del arquitecto David Rodríguez para entonces destituir al funcionario.