La producción de cítricos, principalmente de naranja y toronja, prácticamente ha desaparecido del mercado nacional debido al ataque feroz del Greening o Huanglongbing (HLB), enfermedad que ha destruido millones de árboles de esas frutas en el mundo.
Una naranja pequeña o mediana de jugo o dulce cuesta lo que diga el que la vende, puede ser de cinco a diez pesos cada una. La toronja es aún más cara, la unidad pasa de los 25 pesos, cuando hay.
Ya no es común la venta de estas frutas en triciclos, carretas y las pequeña camionetas llamadas plataneras. En el caso del limón agrio, aunque también ha bajado la producción por efecto de la enfermedad, la situación no es tan grave, porque todavía hay plantaciones que han sobrevivido.
La naranja agría también escasea y está cara. Aquí hay otras plagas que afectan estas plantas, como la Tristeza de los Cítricos.
Muchos consumidores se preguntan, ¿qué está ocurriendo con los cítricos que casi han desaparecido del mercado local? He aquí la realidad de la enfermedad en el país:
Se reportó por primera vez aquí, en el 2008 en Puerto Plata, pero especialistas en la materia afirman que llegó antes (2000 ó en 2001).
La enfermedad del HLB se propagó por todas partes en el país, atacando las naranjas, toronjas, mandarinas, limón agrio y naranja agria que ha resultado más fuerte.
Plantaciones organizadas de miles de tareas de naranjas dulce y de jugo, así como de mandarina, toronja y limón, han sido devastadas en diferentes zonas del país, como la finca de cítricos de la familia Barceló, ubicada en Hato Mayor, en la zona Este.
En esas fincas la producción se ha reducido prácticamente al mínimo por los efectos del HLB, que al decir de los dueños de esas plantaciones y los técnicos, la enfermedad aún es de difícil control y más en el país que hay muchas plantas enfermas en los patios y en parcelas abandonadas.
Algunas de las empresas con grandes plantaciones de cítricos trajeron nuevas tecnologías con materiales sanos para producción de plantas en viveros cerrados con fines de renovar las matas que enfermas, lo que no dio buenos resultados y prácticamente abandonaron esos proyectos.
A raíz de la explosión de la enfermedad, la Secretaría de Agricultura (hoy Ministerio) creó un Comité Interdisciplinario, del que forman parte el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf), el Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal (Cedaf), viveristas y productores asociados.
Para la ocasión, el sector agroindustrial privado, interesado en aportar a la solución
del problema donó al Idiaf equipos para el diagnóstico de enfermedades sistémicas y recursos para gastos operativos por un valor de US$150,000.
El objetivo de esa propuesta fue el de establecer la plataforma tecnológica para la producción de yemas certificadas de diferentes variedades libres de HLB y de las principales enfermedades sistémicas que afectan los cítricos, a partir de un programa de certificación de yemas provenientes de un banco de germoplasma saneado.
Sin embargo, los técnicos admiten que todo ha ido tan lento que no ha sido posible aplicar un paquete tecnológico efectivo contra el HLB, el destructor de 100 millones de árboles en el mundo.