La escasez de presas para almacenar el agua de las lluvias agudiza el impacto de la sequía que afecta el país, por lo que es imperativo disponer de financiamiento a tales fines, afirmaron ayer funcionarios del sector.
El problema fue abordado en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio por Alejandro Montás, director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD); Eliseo González, gerente de planificación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), y Yojanny Pimentel, subdirectora del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA).
De acuerdo a lo expresado, en los últimos 20 años no se ha construido una sola presa grande de almacenamiento.

“Para combatir la sequía hay que rehabilitar las presas, eliminar la sedimentación, construir ocho presas más. En el Este, por ejemplo, no hay presas. En el Gran Santo Domingo necesitamos captación de agua del río Haina. Hace 35 años la presa de Madrigal era una prioridad, ahora es una necesidad, porque casi llegamos a 4 millones de habitantes. Necesitamos reservorios de agua”, enfatizó Alejandro Montás.
El funcionario explicó que la mayor cantidad de agua que cae en todo el territorio se pierde por las escorrentías que caen en el mar, la infiltración y por condensación. “No tenemos donde preservar y almacenar el agua que demandamos para reguío, producción de energía y consumo humano”, dijo.
De su lado, Eliseo González sostuvo que la disponibilidad promedio de agua en el país es cerca de 32,000 millones de metros cúbicos, pero cuando impacta una sequía extrema esa cantidad se reduce a cerca de 6,000 millones de metros cúbicos para la demanda de riego y agua potable.

De acuerdo a lo explicado, hay una situación muy crítica que se va a presentar con cierta regularidad. “Para enfrentar la situación es preciso la construcción de grandes presas pàra el almacenamiento, hay que mejorar la eficiencia en el riego, todo eso requiere de grandes inversiones, sobre todo, tener un plan para enfrentar la sequía”, puntualizó González.

En muchos lugares, agregó, existen grandes cantidades de agua acumuladas, por el exceso de riego.
Citó el valle de Azua, San Juan y en la cuenca baja del Yaque del Norte. “Todo eso es un acuífero inmenso y entonces ahí deberíamos tener estaciones de bombeo simplemente esperando que se necesiten, pero no existen. Si no tengo los embalses que faltan, deberíamos tener estaciones de bombeo, bombas apagadas ahí esperando simplemente que se presente la sequía. Esa es la parte menos costosa”, detalló.
Como esperanza citó la construcción (en proceso de ejecución) de la presa de Monte Grande. Además, la rehabilitación de la presa de Sabana Yegua. Ambas van a representar un alivio para la cuenca del Yaque del Sur, aseveró.

Para enfrentar el problema es partidario de la construcción de pequeñas, medianas y grandes presas.
“Tenemos 1,830 millones de metros cúbicos de capacidad instalada de almacenamiento en todos los grandes embalses, pero en este momento solo hay 450 millones de metros cúbicos de capacidad disponibles, es decir, aproximadamente el 30 por ciento”, precisó.
De acuerdo a lo explicado, apenas se dispone de 180 metros cúbicos por persona en capacidad de almacenamiento y ningún país desarrollado tiene menos de tres mil metros cúbicos por persona. “Solo tenemos el 14 por ciento del territorio regulado por presas de almacenamiento, es decir, que en el 86 por ciento del territorio, las aguas que caen se van al mar y se pierden, no podemos aprovecharlas porque no existe la infraestructura para transferir agua de un ciclo hidrológico a otro”, dijo.