Ese colegio, no me representa

Ese colegio, no me representa

Aquellos eran otros tiempos. Acabábamos de salir de la horrenda dictadura trujillista donde el pensar era pecado y las ansias de libertad incontenibles. Entonces surgieron múltiples sindicatos, diversas cooperativas campesinas y varias asociaciones de estudiantes y profesionales egresados de la prestigiada Universidad de Santo Domingo, por su estabilidad, su régimen disciplinario, y sobre todo por sus eximios profesores, de grata recordación, y un estudiantado elitista mayormente preocupado por su formación profesional y sus estudios que por el quehacer y la militancia política que comenzaría a repuntar en las postrimerías de la dictadura.

Ante la orfandad de derechos fundamentales y de libertades, correspondía al Derecho y a sus naturales defensores jugar un papel de primer orden, de suma importancia para el reordenamiento político, jurídico y social de una sociedad naciente que emergía del sombrío oscurantismo. Bajo ese predicamento nace así ADOMA, liderada por un conjunto de prominentes juristas de comprobada probidad, de una conducta publica apegada a principios éticos y morales, con clara visión de lo debe ser un gremio independiente, comprometido con su pueblo y las normas del derecho y la justicia, tales fueron las virtudes de aquellos pioneros entre los cuales conviene recordar a un Juan Manuel Pellerano Gómez, Luis del Castillo Morales, Bienvenido Mejía y Mejía, Luis Lembert Peguero, Manuel Morel Cerda, Miguel Vásquez Fernández, entre otros, unidos a una pléyade de jóvenes abogados combatientes, fieles seguidores de sus enseñanzas.

Viene a canto una anécdota. Terciando en unas elecciones para elegir una nueva directiva de ADOMA, se presenta una candidatura que proclama contar con el apoyo de Bosch y el PRD. Decidimos visitar a Don Juan y ponerle al tanto del asunto. Luego de escucharnos, de manera enfática, con palabras similares, nos dijo:- Yo desautorizo a cualquier persona que esté haciendo uso indebido de mi nombre y del Partido. Los gremios son independientes y sus miembros son los responsables porque conocen mejor quienes deben dirigirlos. Los partidos no deben intervenir en su elección.

ADOMA jugó su papel en un momento estelar de nuestra nación. Después, con el tiempo vino el desgaste y hasta el descrédito. La incursión decidida de los partidos políticos procurando su control se hizo cada vez más relevante. Convertido por ley en Colegio, de membresía obligatoria, el CARD devino en poder codiciado una fuente de ingresos, de bienes y prebendas que responde más a intereses personales y partidaristas, que a su propia filosofía y objetivo estatutario.

Por eso ese Colegio de Abogados, no me representa. No me representa cuando se desborda y prejuzga de “temeraria, antijurídica y anticonstitucional” el esclarecimiento de la compra dolosa y abusiva de los aviones Tucano. No me representa cuando su presidente alega que cumple, estatutariamente, con el apoyo y la solidaridad… para proteger al ex mandatario Fernández Reyna de una investigación, siendo a la fecha un coronel y un legislador no identificado, los únicos imputados. No me representa cuando habla de “complot” y cuestiona a qué partido pertenecen los denunciantes dándole un sesgo tremendista a algo que debe esclarecerse en justicia para bien de todos, como demanda un Estado Social de Derecho, Participativo y Democrático.

 

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