Adriano de Jesús Espaillat tomó posesión en el distrito 13 de esta ciudad como el primer congresista de origen dominicano, en una ceremonia que se convirtió en el rechazo total a las medidas contra inmigrantes adoptadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y que contó con el apoyo del alcalde Bill de Blasio y del senador Charles E. Schumer, quien atacó las decisiones del mandatario estadounidense.
Schumer afirmó que Espaillat es el mejor ejemplo de que los inmigrantes aportan al país.
El congresista Espaillat solicitó al presidente Trump que desista de la orden ejecutiva que suspende la entrada a EE.UU. de refugiados y de habitantes de siete de países musulmanes.
Espaillat le pidió que dé marcha atrás a la medida que aplicó y con la que afirma pretende evitar que terroristas islamistas radicales se refugien este país.
Calificó la medida de «odiosa y divisiva». Dijo que son medidas antiinmigrantes y anti-refugiados.
En cuanto a su ascenso político como congresista, Espaillat agradeció a todos los residentes del distrito 13, al momento de ser juramentado por el juez federal de la Corte de Apelación Rolando Acosta, también de origen dominicano.
La ceremonia tuvo lugar en la prestigiosa Universidad Yeshiva, del Alto Manhattan, propiedad de judíos.
Asistieron al acto importantes políticos demócratas, como Scot Stringer, contralor de Nueva York; Nancy Wyman, vicegobernadora del Estado de Nueva York; Marisol Alcántara senadora estatal por el Distrito 31 (dominicana); la congresista de origen dominicano Carmen de la Rosa, el concejal de origen dominicano por el distrito 10 de Manhattan Ydanis Rodríguez; Leticia James, defensora del Pueblo, y el presidente del condado del Bronx, Rubén Díaz Júnior.
Decenas de líderes de varios distritos de Nueva York acudieron al encuentro a respaldar a la comunidad latina, en especial a la diáspora dominicana que se fortalece y crece en la representación política en Estados Unidos.
También asistieron al acto el cónsul general de la República Dominicana en Nueva York, Carlos Castillo, y el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), maestro Antonio Medina.
El evento fue apoyado por empresarios del transporte, hombres y mujeres del comercio, los gremios de la enfermería, el transporte y decenas de líderes comunitarios, artistas, educadores, comerciantes y religiosos de distintas religiones, entre ellos, el rabino Ezra Schwartz, quien impartió la bendición final de la ceremonia, tras la presentación de un acto multicultural, con artistas jóvenes, talentos de la danza, el canto y la representación, uno de los cuales fue el conjunto folclórico de Alianza Dominicana.
También se presentaron Bomba Yo Afro-Boricua Community Project, The Young People’s Chorus, de la ciudad de Nueva York, Harlem School y Zoé Muñoz.
Emotivo discurso.
Espaillat, de origen humilde, ahora convertido en uno de los hombres más importantes de la política de Nueva York, por el Partido Demócrata, fue juramentado como congresista el pasado domingo, bajo el esquema que se le ha presentado a todo miembro de la Cámara de Representantes desde 1966.
Los himnos de Estados Unidos y de República Dominicana fueron entonados uno a continuación del otro. El dominicano fue en versión balada, ante una comunidad que se prepara para proteger sus derechos migratorios.
Felicitó a los oficiales electos que lo acompañaron y en la que los demás líderes dominicanos aprovecharon para pronunciarse a favor del respeto de las leyes migratorias y a exhortar a la unidad como punto de fortaleza.
Espaillat se comprometió a trabajar por la comunidad y a impulsar el bienestar de la comunidad. Agradeció a su familia que le acompañó, al equipo de colaboradores y a los líderes y funcionarios que asistieron.
En cuanto a la orden ejecutiva de Trump, Espaillat expresó que este fin de semana significó una apertura de los ojos y una prueba más de las horribles y devastadoras políticas de la Administración Trump.
Ofreció declaraciones en momentos en que se efectuaban manifestaciones por las personas detenidas en el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy y en otras terminales internacionales de Estados Unidos, y donde tuvo que mediar la decisión de un tribunal para permitir el ingreso de los ciudadanos impedidos de pisar suelo estadounidense.
Sostuvo que sus acciones para liberar a personas detenidas en el aeropuerto JFK, cuando regresaban a Estados Unidos y esfuerzos para «expresarnos en contra de la construcción de un divisivo muro en la frontera de Estados Unidos y México, nuestras protestas solidarias en calles de todo el país, para proteger los derechos civiles y nuestras libertades, sirven como una ventana para el trabajo que tenemos por delante si queremos asegurar que nuestros valores estadounidenses sean mantenidos».