La economía de España acumula más de tres años con un saldo exterior positivo, lo que se combina con un crecimiento del PIB superior al 3%, una situación inédita en los últimos 45 años, dice un análisis de EuropeG.
Desde 1970-73, la economía española no había conseguido tres años consecutivos de crecimiento a una tasa anual superior al 3% sin incurrir en un déficit exterior «de cierto relieve», cuya corrección exigía combinar la devaluación de la moneda con moderación del gasto.

Sin embargo, ahora hay una situación «bastante excepcional», dice el director de EuropeG, Antoni Castells, porque el PIB español ha crecido por encima del 3% mientras que el balance exterior es positivo porque hay más exportación que importación: por eso EuropeG ha querido analizar si se puede prolongar o es una situación pasajera.

Rafael Myro dijo que en escenarios de alto crecimiento del PIB, en torno al 4%, el superávit exterior de España tendería a reducirse gradualmente porque las importaciones crecerían por encima; pero para crecimientos menos expansivos como los que se prevén, las importaciones crecerían menos y el saldo del comercio exterior tendería a mantenerse o subir.

Así, si se cumplen las previsiones de crecimiento del PIB del 2,3%, el saldo exterior crecerá y habrá cada vez más superávit; y si la economía española crece en torno a un 3%, el saldo exterior tenderá a mantenerse. «Podemos asegurar que las exportaciones difícilmente van a crecer menos del 4% en volumen», dijo Myro, que indicó que el 12% de empresas españolas con la productividad adecuada para salir al exterior aún no lo ha hecho.