El catedrático universitario español Joaquín Pastor Pérez consideró ayer que tener un proyecto agroalimentario es muy difícil y complicado.

Pérez, ingeniero agrónomo, catedrático de la Universidad Miguel Hernández, explicó que no es lo mismo una instalación para empacar aguacates que tener una industria cárnica. “Una industria cárnica es muy complicada y peor si es matadero y tiene una fábrica de embutidos”, dijo al pronunciar una conferencia sobre sobre “Proyectos de industria agroalimentaria: diseño y distribución de planta” en la biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Agregó que el sector agroalimentario debe garantizar la salud de los consumidores.

El catedrático español dijo que en su país son los ingenieros agrónomos quienes levantan las construcciones para el sector agroalimentario.

“Los ingenieros agrónomos podemos en España hacer edificios de una planta hasta siete plantas si es para el sector agroindustrial”, dijo.

Señalo que el diseño en ingeniería supone “la búsqueda de soluciones innovadoras para satisfacer las necesidades humanas por medio de aplicación de conocimientos científicos y tecnológicos”.

Consideró que un proyecto agroalimentario es una actividad económica, la cual tiene que ser lo más económica posible y que disponga de un presupuesto sea adecuado.

Dijo que es una vergüenza que el proyecto se calcule en un monto y se eleve en su ejecución, aunque se acepta que haya un incremento entre un 5 y 10 por ciento.

Cree que los costos de un proyecto pueden dispararse si la solución no está bien planteada en el presupuesto.

El diseño, a su juicio, supone un acto de imaginación que no tiene una solución única,

Planteó que todo proyecto agroalimentario debe dejar espacio para una posible ampliación de las instalaciones.

“Un proyecto debe pensarse mucho antes de emprenderse”, dijo el catedrático español, quien precisó que cada uno es diferente, porque depende de la topografía.