Criminel llegó al pueblo diciendo que tenía el especial don de triplicar el dinero. Alguien le entregó quinientos pesos y le retornó RD$1,500.00. Recibió otras pequeñas cantidades y las devolvió multiplicadas, hasta que un ex residente en EE.UU. de regreso involuntario, frente a la fama acumulada, le depositó RD$1,000.000.00. El obrador de prodigios usó artes de magia, pero, esta vez, para esfumase del pueblo. Su suerte duró poco. El ex residente en New York y sus socios dieron con el paradero del mágico a quien propinaron una golpiza que casi le provoca la muerte.
La Cámara Penal juzga a los agresores por tentativa de homicidio. En cuanto a Criminel, la noticia es que no se hallaron pruebas suficientes que justificaran su sometimiento a la justicia.
Nuestro Código Penal califica como estafa, las siguientes conductas: 1) Los que, valiéndose de nombres y calidades supuestas o empleando manejos fraudulentos, den por cierta la existencia de empresas falsas, de créditos imaginarios o de poderes que no tienen, con el fin de estafar el todo o parte de capitales ajenos, . 2) Los que para alcanzar el mismo objeto hicieran nacer la esperanza o el temor de un accidente o de cualquier otro acontecimiento quimérico (Artículo 405 del CP).
Es evidente que la conducta de Criminel tipifica puramente como una estafa y las de los lugareños estafados como síntoma de la candidez e ignorancia en que aún vive una gran mayoría de los dominicanos. A pesar de los avances tecnológicos de que disfrutan algunos sectores de la sociedad, en otros vivimos en una era tribal. Solo la educación nos salvaría. Faltaba decir que Criminel es de origen haitiano, se mueve en vehículos de lujo y viste como un artista moderno.