«ESTE ES MI PARÍS»

«ESTE ES MI PARÍS»

París es una ciudad que envuelve a sus habitantes en una dinámica urbana cuyo urbanismo va respondiendo a las exigencias de los tiempos. París evoluciona con las ideas de la sociedad y se edifica con ellas haciendo cuerpo urbano de los conceptos que mueven a los ciudadanos parisinos. En definitiva es una ciudad «ciudadana».

Moviéndose por las calles, donde edificios enteros han sido derrumbados, en poco tiempo encontramos graffitis anónimos que plasman inesperadamente una imagen en el muro desnudo; podemos encontrar la imagen de un adolescente, vestido de marinero de la «Belle Epoque» con el rostro que nos evocan los actores que marcaron una generación del cine francés en blanco y negro como Jean Marais.
Esta imagen comparte la calle un poco más lejos con una ave desaparecida del Océano Indico, el famoso pato rústico y tosco el dodo que llenó los cuentos y leyendas de las poblaciones oceánicas. El graffitti se moviliza por la urbe y enciende una comunicación anónima y profunda que provoca en otros artistas intervenir en las imágenes con sus intervenciones.
Y cuando de urbanismo se trata, la naturaleza actúa en la ciudad con propuestas de asociaciones que recuperan el mínimo pedacito de espacio verde público para justamente sembrar, tanto hortalizas como flores que permiten durante todo el año a las escuelas entrar en los parques públicos donde cuidan los huertos públicos para que los niños vivan y se conecten desde la semilla hasta el fruto con toda la evolución de la tierra en sus estaciones y en sus necesidades hasta llegar al producto.
Así, encontramos en un parque: romero, parra, uvas, tomillo, tomate…entre rosas y claveles que conviertan la ciudad en un diálogo permanente con la naturaleza, desde los jardines más sofisticados hasta los huertecillos ecológicos porque todo esto responde a una política municipal con conciencia del bienestar del habitante y de la conexión del sector educativo con el sector público. Desde hace más de veinte años la Alcaldía de París con espíritu de continuidad sigue construyendo plataformas y proyectos que sirvan a la cultura y al ocio. Los muelles del río Sena en pleno verano, a partir de junio se visten de sombrillas y mesas con sillones holgazanes para que las parisinas y los parisinos se relajen frente al río, en traje de baño, gafas de sol, con una ilusión veraniega de sol y arena…
Toda la ciudad en sus diversos distritos, lleva propuestas abiertas a sus pobladores y contribuye al desarrollo intelectual y humano de la gente. Dicen que la ciudad es cara, es cierto, mas sin embargo se puede llevar una vida cultural y artística sin costo, abierta a la gente. Durante todo el año, las iglesias, progaman conciertos gratis para el público con conciertos tanto de música clásica como de jazz y música contemporánea.
La Iglesia Saint Merry, colindante de Centro Pompidou, programa para todos los domingos de agosto conciertos clásicos con maestros desde Debussy a Eric Satie, Mozart y Brahms, y a la vez, esta misma iglesia recibe una exposición de artistas contemporáneos japoneses comprometidos con el medio ambiente bajo el título Beyond, que responde a las celebraciones del proyecto nacional («Japonismes 2018») Japonismos 2018, que exibe en el país entero obras donde el paisaje, valor emblemático del japonismo para instrumentar las obras de los artistas y para clamar el valor de la tierra y de su fragilidad. Dentro de la Iglesia conviven la espiritualidad y la fe con la creatividad y con el fondo de un concierto clásico de piano, que repleta la nave central de un público ciudadano recogido en un momento de paz compartida.
París es una ciudad que envuelve a sus habitantes en una dinámica cuyo urbanismo va respondiendo a las exigencias de los tiempos.
París evoluciona con las ideas de la sociedad y se edifica con ellas haciendo cuerpo urbano de los conceptos que mueven a los ciudadanos parisinos.
Moviéndóse por las calles, donde edificios enteros han sido derrumbados, en poco tiempo encontramos graffitis anónimos que plasman inesperadamente una imagen en el muro desnudo. Podemos encontrar la imagen de un adolescente vestido de marinera de la “Belle Epoque,con el rostro que nos evocan los actores que marcaron una generación del cine francés en blanco y negro como Jean Marais o, Gérard Philippe.
Esta imagen comparte la calle un poco más lejos con el famoso pato rústico y tosco, una ave desaparecida del océano índico el famoso dodo que llenó los cuentos y leyendas de las poblaciones oceánicas.
El graffitti se moviliza por la urbe y enciende una comunicación anónima y profunda que provoca en otros artistas intervenir en las imágenes. Cuando de urbanismo se trata, la naturaleza actúa en la ciudad con propuestas de asociaciones que recuperan el mínimo pedacito de espacio verde público para justamente sembrar, tanto hortalizas como flores que permiten durante todo el año a las escuelas entrar en los parques públicos donde cuidan los huertos para que los niños vivan y se conecten desde la semilla hasta el fruto con toda la evolución de la tierra en sus estaciones, en sus necesidades hasta llegar al producto.
Desde hace más de veinte años la Alcaldía de París con espíritu de continuidad sigue construyendo plataformas y proyectos que sirvan a la cultura y al ocio.
Los muelles del río Sena en pleno verano a partir de junio se visten de sombrillas y mesas con sillones holgazanes para que las parisinas y los parisinos se relajen frente al río , en traje de baño, gafas de sol, con una ilusión veraniega de sol y arena, que incluyen duchas y casetas, para sentir que estan en un verano casi caribeño.
Toda la ciudad en sus diversos distritos, lleva propuestas abiertas a sus pobladores y contribuye al desarrollo intelectual y humano de la gente. Dicen que la ciudad es cara, es cierto, sin embargo se puede llevar un vida cultural y artística sin costo , abierta para todos. Durante todo el año, las iglesias progaman conciertos gratis para el público tanto de música clásica como de jazz y música contemporánea.
Ahora bien, París no fuera el París de hoy sin la relevancia de las asociaciones, que dentro de los veinte distritos de la ciudad han reivindicado una identidad propia que responde a la historia de cada distrito o arrondissement.
París once siente orgullo por su plaza de La Bastille, alegre y abierta para todos los demócratas del mundo en la búsqueda del referente de la Revolución Francesa de 1789. Nuestro París es un conjunto de aperturas de pensamiento y gusto así como mi barrio, en No. 11, te ofrece ecología, medio ambiente verde e historia revolucionaria, el barrio 8 te ofrece el glamour de todas las casas de alta costura y se puede visitar la avenida Montaigne y detenerse en la salida de las casas Dior, Vuitton, Yves Saint Laurent, y luego casi seguro encontrarse a la salida con Catherine Deneuve, Beyoncé y las estrellas del momento que vienen a rebuscar las piezas exclusivas que las exiben con su elegancia.
En el Boulevard Saint Germain, vamos a encontrar en lugares significativos y sentarnos en la mesa de Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir en el Café Le Flore y Les deux Magots, porque la ciudad ha marcado varias generaciones libertarias del pensamiento. Simone de Beauvoir nos hizo libres con su libro el «Segundo Sexo» y recibía todos los segundos jueves del mes en la librería Maspéro a todas las mujeres que querían compartir con ella su feminismo. Simone ya no está, mas sin embargo, existen múltiples círculos feministas en los que se sigue reflexionando e intercambiando sobre su pensamiento.
París en el mes de agosto es como la canción de Aznavour, un mes del año donde la ciudad es más parisina que nunca, un momento donde la mayoría se fue de vacaciones y la urbe se mantiene despierta y generosa para los que se quedan, y para los turistas que nos visitan.
Es un momento del año donde podemos llegar a una librería de cualquier avenida y buscar nuestros gustos secretos del libro, porque el librero se siente libre y sin presión del público, entonces va a buscar ese libro que uno quiere con complicidad y generosidad, así es como pude encontrar después de treinta años sin volver a localizarlo el poema del Mío Cid, en un publicación limitada con la introducción analítica de Miguel de Unamuno…Mueránse de envidia…de la buena.
En la «Ciudad de las Luces» cada barrio se mantiene con su mercadillo y su pulguero muy visitado, donde cada visitante extranjero o francés de pura cepa, encontrará su tesoro. París permite a cada ciudadano y ciudadana medirse a sus posibilidades. Y desde luego, vale «Una Fiesta»!

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