Estoy dolido porque mis hijos no son muy cariñosos conmigo

Estoy dolido porque mis hijos no son muy cariñosos conmigo

Pregunta del lector: Estoy dolido porque mis hijos no son muy cariñosos conmigo, no me llaman, si los llamo por teléfono son cortantes y noto que no se preocupan por mí. Tengo 10 años separado de su madre. Creo que ella tiene mucho que ver en esto. ¿Es posible que puedan acercarse a mí y quererme de manera diferente?

Respuesta de la terapeuta: Las circunstancias que rodean la toma de decisión de divorcio o separación de la pareja, tendrán matices diferentes de acuerdo a las motivaciones emocionales.
El divorcio ocurre cuando una de las partes o ambos entienden que es la decisión más acertada para dar fin a una situación insostenible. El simple hecho de que sólo uno no quiera continuar, es suficiente para iniciar el proceso.
El estilo de convivencia afectiva, el repertorio conductual de afrontamiento individual ante los problemas y la valoración que ha tenido uno sobre el otro, son factores que inciden en el “ cómo lo hacemos ahora”.
Si quedaron rastros de dolor y resentimiento, es probable que se transmitan esos sentimientos a los hijos. La frustración se vuelve colectiva y quedan atrapados en una competencia inútil de quién es el bueno o el malo.
¿Qué es importante? Reconocer cuáles fueron las situaciones que nos empujaron al deterioro de la relación. Cómo fueron cediendo y abandonándose a los problemas y distanciándose, no tan solo de la pareja, sino de los hijos.
Generalmente, los hombres tienden a escaparse del hogar involucrándose en actividades fuera, a sabiendas que es por la falta de deseo de estar con la pareja, sin darse cuenta de que están afectando el vínculo parental.
Los hijos no se distancian porque sí, no es una conducta al azar. En algún momento el eslabón se quebró y la distancia se hizo visible.
Reconocer y aceptar es fundamental para iniciar el acercamiento. En mi labor terapéutica escucho a los hijos decir que esperan que sus padres les pidan perdón por los comportamientos asumidos. Ellos se dan cuenta de la situación y la padecen directamente.
Acercarse y querer conquistar los hijos sin que ellos conozcan que existe una disculpa sincera, podría provocar rechazo.
Una vez superado este primer paso, se inicia un acercamiento gradual, mostrando interés por sus actividades y sus sentimientos.
Demuestre en cada encuentro su amor y su interés de mantenerse cerca.

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