La economía dominicana experimentó un crecimiento de 4% en el primer semestre de este año, con inflación inferior a dos dígitos, estabilidad relativa del tipo de cambio y un comportamiento impresionante del sector externo, a pesar de un panorama global adverso y a nivel interno las autoridades están aplicando un ajuste fiscal y política monetaria más estricta para contener las presiones inflacionarias derivadas del alza mundial de los precios.

A pesar de esas restricciones el sector minero experimentó un formidable crecimiento de 65.6%, estimulada por la reapertura de las operaciones de Falconbridge, las zonas francas, que de un comportamiento negativo en varios periodos inició el crecimiento desde la segunda mitad del año pasado, y en este semestre mostró un incremento de 9.5%, incluyendo los textiles que aumentaron en 11.6% y otros productos en 7.7%

El sector agropecuario mantiene el mismo dinamismo que el pasado año (desmintiendo la especie del supuesto “abandono del campo”) y experimentó un crecimiento de 7.1% y el subsector agrícola de 9.4%. La manufactura local creció en 5.7%; el comercio 4.5%; inst. financieras y seguros 3.9%; hoteles y restaurantes 3.7%; mientras experimentaron decrecimientos el sector de energía y aguas en 7.9%; las telecomunicaciones -2.3% y la construcción en -0.2%, debido a la reducción en 19% de la inversión pública.

En término del sector externo el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos aumentó en US$466.4 millones en relación al primer semestre del 2010, un 27.5%, que se explica por el aumento de la factura petrolera en 31% (US$548.4 millones). Sin embargo, cabe destacar que las exportaciones nacionales aumentaron en US$378.7 millones (28.66%); las exportaciones de zonas francas en US$264.7 millones (13.5%); los ingresos por turismo en 3.6%, las remesas en 7.0% y la inversión extranjera directa en US$215.6 millones (29.5%).

A pesar de ese comportamiento positivo de las exportaciones totales y la inversión extranjera, el aumento de las importaciones totales en US$1,206.8 millones (17%), aunque se desaceleró en relación al crecimiento de 27.2% en el 2010, contribuyó a un resultado global de la balanza de pagos negativo en US$724.3 millones.

Las reservas internacionales netas consolidadas ascendieron a US$1,878.8 millones (menor en US$764.3 millones a las de junio del 2010) superiores en US$406.84 las metas del programa con el FMI, también se cumplieron con holgura las metas de los activos internos netos, así como las relativas al déficit del gobierno central, el sector publico consolidado, el eléctrico y las metas de deuda. Por cierto el ajuste fiscal llevó el gasto total en junio de este año al mismo nivel que el pasado.

Crecimiento del PIB de 4%, inflación a junio de 5.85%(6.75% a julio); variación anualizada del tipo de cambio de 3.7%, aumento de las exportaciones, turismo, remesas e inversión extranjera, significan resultados impresionantes frente a una economía global que marcha a otra recesión, precios mundiales en alza y una política fiscal de ajustes conjuntamente con una monetaria menos flexible.

Estos resultados, superiores a los que están registrando países desarrollados y otros de nuestra región, tienen explicación en la perfecta coordinación entre la política fiscal y la monetaria, el estricto cumplimiento de las metas del programa con el FMI y el elevado nivel de confianza de los agentes económicos, convencidos de que la estabilidad en este Gobierno será preservada, independientemente de las turbulencias y el adverso panorama global.