Bandas armadas alteran barrio Villas Agrícolas

Bandas armadas alteran barrio Villas Agrícolas

POR GERMAN MARTE Y ELIAS RUIZ MATUK
Bandas de delincuentes «armados hasta los dientes» mantienen en zozobra al otrora laborioso y tranquilo sector de Villas Agrícolas, donde al decir de los vecinos las noches se caracterizan por la gran cantidad de disparos que se escuchan.

A propósito de la situación, el comandante del Departamento Oriental de la Policía afirmó ayer que pondrá en marcha un plan para contrarrestar a las bandas denominadas «naciones» especialmente en la comunidad de Invivienda, donde los vecinos dicen sentirse desprotegidos ante la proliferación de esas bandas juveniles.

Entretanto, José Luis Hernández, párroco de la iglesia San Elías, dijo que la situación es tal que en el sector hay zonas a las cuales la Policía no penetra «por miedo a los tígueres».

En Villas Agrícolas el nivel de delincuencia y violencia es tan elevado que hace que abunden las bandas juveniles o «naciones», cuya proliferación inquieta a otros barrios como Invivienda, afirmó un joven que no quiso identificarse. Pero aquí también la mayoría de los miembros de bandas son menores de edad.

«Aquí hay delincuentes hasta de once años de edad. El más viejo no llega a 25 años de edad», manifestó Juan Alejandro.

Dijo que en el barrio también hay varias pandillas de las llamadas «naciones» integradas por menores como son «Amor y Paz», «Los Sangre», «Los Kings» y otras que se dedican a vender drogas y a celebrar ritos satánicos y provocar tiroteos todas las noches.

Los robos y asaltos, la venta de droga y los intercambios de disparos son cosas comunes en este sector de la zona norte del Distrito Nacional, afirmaron otros residentes consultados, incluidos comerciantes como Ramón Olivero quien dijo que para evitar problemas muchos colmados han optado por cerrar más temprano, aunque pierdan ventas.

«En Villas Agrícolas hay zonas donde la Policía no penetra. De la Pedro Livio hacia la Ovando la PN no penetra; las calles 26, 30 y 32 son territorio de nadie, y la PN, si va, es a buscar lo de ellos», precisó el sacerdote.

De acuerdo con líderes comunitarios como Milagros Gómez, en el barrio hay numerosos problemas que preocupan a la gente, como son el mal estado de las calles y aceras, el drenaje, la falta de alumbrado y el excesivo número de talleres que ocupan las aceras, para lo cual reclaman la atención del síndico Roberto Salcedo.

«Estamos cansados, agotados de dirigirnos tanto al departamento de drenaje pluvial y al mismo Roberto Salcedo, pero nadie hace nada», dijo Gómez.

Pero la principal preocupación de la mayoría de la gente son los disparos que se escuchan todas las noches. Los frecuentes choques a tiros entre bandas por el control de puntos de ventas de drogas.

El desempleo es otro gran problema. En las calles se observan decenas de jóvenes sentados en las aceras que en seguida le «clavan los ojos» a los extraños que llegan al sector.

La gente tiene miedo de hablar, sobre todo las mujeres y los comerciantes. Dicen que no quieren problemas con los delincuentes porque éstos «no tienen mente y le entran a tiros a cualquiera».

Sin embargo, todo el mundo reconoce que hay esquinas donde se vende drogas casi públicamente, «los policías y la DNCD saben los puntos de esta comunidad donde se vende droga», dijo Doña «Mirtha». La señora indicó que en la Manuel Ubaldo Gómez, en uno de los callejones de la Duarte, Marcos Ruiz y Diagonal está el nido de todo; también venden drogas en las calles 26, 30 y 32.

Indicaron que los agentes antidrogas «se tira» con frecuencia en estos puntos, pero al poco tiempo los narcotraficantes están sueltos.

«Pero eso hay que manejar eso muy delicadamente. Incluso optamos por no llamar a la Policía porque los agentes les decían a los delincuentes ahí están esa gente denunciando», dijo una señora.

El problema es -añadió- que no hay credibilidad en la Policía y aunque el general Manuel de Jesús Pérez Sánchez tiene las mejores intenciones de hacer un buen trabajo «tiene que trabajar a profundidad con todos los encargados de cuarteles y darle seguimiento».

Entretanto, el padre Hernández recalca en que Villas Agrícolas no hay seguridad, la PN sólo va al Almendro, a la Pizzería el encuentro y el Picalonga que está al frente «y de ahí se van hasta sin pagar, y tú lo llamas por una emergencia y no vienen».

El sentimiento de desamparo es generalizado en Villas Agrícolas, sobre todo porque la gente tiene la impresión de que los mismos policías que están para perseguir a los delincuentes, muchas veces se confabula con ellos.

PN ACTUARA

El general José Pérez Vásquez afirmó que se reunió con las juntas de vecinos de la comunidad de Invivienda a fin de identificar a los jóvenes y familias que han sido víctimas de las acciones de bandas y aseguró que ha venido trabajando en ese aspecto desde que asumió el mando en esa localidad.

Pérez Vásquez aseguró que en esa comunidad han sido apresadas más de cinco personas identificadas como líderes de bandas y está detrás de los grupos responsables de los incrementos de robo y la violencia en la comunidad de Invivienda.

Negó que agentes estén involucrados con los pandilleros, so pena de  someterle a la justicia en caso de que se compruebe ese desacierto.

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