Cuando hace un par de meses se escuchó del rumor que enviaba a Juan Francisco a los Tigres del Licey, todo el mundo en San Francisco de Macorís se quejó de la posibilidad.

Sin embargo, luego de dos semanas de actividad en el béisbol invernal dominicano, Carlos Peguero, la principal figura que recibieron los Gigantes en la transacción, está haciendo olvidar al dos veces Jugador Más Valioso.

Peguero ha arrancado como una tromba con los nordestanos, un punto sumamente luminoso en una temporada hasta el momento oscura para los Gigantes.

El toletero tiene un robusto promedio de bateo de .354, con cinco jonrones y 11 remolcadas.

A eso le agrega un total de 11 anotadas y seis dobles para compilar una campaña redonda en los primeros 13 compromisos.

Si nos basamos en proyecciones, Peguero tiene un ritmo de retar el récord de 16 cuadrangulares de la pelota dominicana, en poder de Víctor Díaz.

Francisco, del otro lado, sigue siendo tan productivo como siempre, aunque sus números de poder se han reducido dramáticamente, como se esperaba que sucediera por las dimensiones del Estadio Quisqueya.

Francisco tiene un promedio de bateo envidiable de .340, pero solo ha pegado un cuadrangular, y remolcado seis vueltas.

A eso sume seis anotadas y dos dobles para completar su producción. Por eso se puede decir que, guardando el respeto, la presencia de Juan Francisco aun no se ha dejado sentir por los predios del Julián Javier.