Dolor y furia en una favela de Copacabana, la clásica postal de Rio

Dolor y furia en una favela de Copacabana, la clásica postal de Rio

RÍO DE JANEIRO. «¿Qué Copa del Mundo es esta, qué Juegos Olímpicos son estos, que se beben la sangre de jóvenes inocentes?» grita entre lágrimas Daisy Carvalho, militante por los derechos humanos, entre barricadas humeantes.

En menos de dos meses, periodistas de los cinco continentes que vendrán a cubrir la Copa Mundial de Fútbol harán informes en directo desde la playa de Copacabana.

Este martes, la ira y la tristeza se apoderaron de la favela Pavao-Pavaozino, ubicada a escasas cuadras de la clásica foto postal de esta mítica playa de Rio de Janeiro. «Todo comenzó a eso de las 17H30. Había humo por todas partes, tiros en la calle y personas que corrían para entrar en sus casas.

Muchos camiones de la Bope (policía de elite) acababan de entrar en la favela. Quedamos bloqueados, no podemos salir», dijo luego a la AFP Etienne, un estudiante francés que vive en la entrada de la favela. Barricadas en llamas, tiroteos, jóvenes lanzando piedras y botellas de vidrio desde lo alto de la favela contra la policía y los coches que salían del túnel de la avenida Nossa Senhora de Copacabana: el barrio más celebre de Rio de Janeiro en plena intifada. Fue el anuncio en la tarde de la muerte en la favela del joven bailarín Douglas Rafael Pereira, alias «DJ», lo que desató la ira de este barrio miserable encaramada en la colina. «DJ», de 25 años, residente de la favela, era bailarín en un programa de TV Globo, orgullo de los jóvenes del barrio. Según sus amigos, agentes de la Unidad de Pacificación -instalada en esta favela desde 2009- lo mataron a golpes al confundirlo con un traficante de drogas. La policía indicó en un escueto comunicado que la muerte del joven estaba siendo investigada y que el parte médico «apuntó que las escoriaciones de Douglas son compatibles con muerte ocasionada por una caída».

La madre del «DJ», la enfermera Maria de Fatima da Silva, dijo al sitio G1: «murió a la una de la mañana (del martes). Más de 12 horas después conseguimos ver el cuerpo. Estaba en posición de defensa, todo golpeado. No tiene marca de disparos».

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