Para ver el mundo entero desde lo alto, es necesario volar. Llegar a ser piloto parece ser un sueño de todo niño, pero antes de lograr ser uno de ellos, hay que estar dispuesto a hacer sacrificios. José Alejandro Tavárez consiguió su licencia de piloto tras agotar todo el escalafón de la tripulación: ingeniero de vuelo, copiloto y finalmente “capitán al mando”.
Años laborando en lo que era Dominicana de Aviación le dieron la experiencia de vuelo necesaria para enfrentarse incluso a vientos de nieve en Canadá.
En cuarenta años de carrera, José Alejandro Tavárez atesora más de dieciocho mil horas de vuelo por los cinco continentes, una experiencia que define como fundamental para poder reaccionar ante cualquier problema que surja en el aire, algo que reconoce que no pasa casi nunca.
“Yo pertenezco a la segunda generación de pilotos de Dominicana de Aviación y trabajé ahí por unos dieciocho años”, cuanta Tavárez.
Cuenta además que su interés por volar nació poco a poco siendo muy joven “en realidad primero quise entrar a la Fuerza Aérea, pero mis padres, por razones políticas del momento, no me dejaron, así que me decidí por la aviación”, cuenta.
¿Qué diferencia existe entre un piloto de ayer un piloto de hoy? Tavárez dice que en sus inicios el hombre llevaba el avión, mientras hoy, con tantas tecnología, es el avión el que le dice al piloto lo que debe hacer.
“Con la tecnología de los aviones de hoy en día, es prácticamente imposible que un avión se caiga o tenga problemas. Tenemos la posibilidad de evitar las turbulencias más peligrosas”, explica.
Aclara que la evolución en el campo de la aviación ha hecho que el acto de pilotar dependa cada vez más de automatismos, por lo que echa de menos “volar a mano”.
Por otro lado, refiere que el entorno es diferente, hay muchos más aviones y son cada vez más modernos.
Su trabajo es mucho más que conducir un avión, ¿en qué consiste su día a día? Lo primero es que a los pilotos se nos dice por anticipado la cantidad de vuelos que tenemos al mes, eso nos ayuda a organizarnos.
Como pilotos se nos asigna un vuelo que comienza mucho antes de que el avión despegue las ruedas del suelo, se nos prepara para cualquier situación que se pueda presentar en aire.
Hoy en día José Alejandro Tavárez sigue en cabina, trabaja para empresas privadas que tienen sus propios aviones y también presta sus servicios en el Instituto Dominicano de Aviación Civil. Asegura que República Dominica avanza muy bien en materia de aviación.