Duquesa

Duquesa

El relleno sanitario de Duquesa ha vuelto a dar problemas. Las aguas residuales que produce van a parar al río Isabela, contaminándolo.

De más está decir que esta agua, por su origen, es altamente tóxica y peligrosa para la fauna y la flora de ese río.

La infiltración se produce a través de cañadas cercanas al vertedero.

Si tomamos en cuenta el punto de confluencia del Isabela y el Ozama, veremos que este último también resulta contaminado por las aguas del primero.

La otra vertiente del problema es que la basura orgánica en descomposición genera metano que se dispersa en el aire y mantiene altos niveles de contaminación.

Familias de Los Guaricanos han denunciado que el hedor del metano no les deja vivir en paz.

Hubo tiempos en que el vertedero de Duquesa ardía espontáneamente, debido a la alta concentración de metano.

En las circunstancias actuales, caracterizadas por mal manejo del depósito y el descuido, existe la posibilidad de ignición espontánea.

Las autoridades del ayuntamiento de Santo Domingo Norte han rescindido el contrato de administración del vertedero que habían suscrito con una empresa privada.

Es necesario acelerar el proceso de contratación de otra firma que se encargue de atender el vertedero y ponerlo en condiciones de funcionar correctamente.

Hay que buscarle un destino controlado al metano y las aguas residuales, para evitar que continúen causando contaminación y daño a la salud.

Hay que acabar con los problemas de Duquesa.

Robos

Los robos de cables y otros elementos del tendido eléctrico han continuado.  En los últimos días también fueron hurtados muchos de los transformadores que alimentan tramos de la iluminación de la Autopista Las Américas.

Es casi seguro que los transformadores sean vendidos a comercios especializados en este tipo de producto.

En el caso de los alambres el destino serían estos mismos negocios o empresas de fundición de metales.

No parece que sea tan difícil una investigación sobre estos desmanes, y menos en el caso de los transformadores, que tienen, según suponemos, numeraciones de serie y control.

Por cierto que debería modificarse la tipificación existente para este tipo de delito, pues el robo de alambres y transformadores perjudica no sólo a los propietarios como tales, sino también a quienes se ven privados de servicios como el suministro de electricidad y del alumbrado público.

De alguna manera hay que enfrentar estos actos y dar escarmientos a los ladrones y quienes se hacen cómplices de éstos al adquirir mercancía mal habida.

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