Manolo Prince tendrá un día 20 de octubre bien ajetreado, cuando sea exaltado al Pabellón de la Fama.
“Viene mucha gente del exterior a acompañarme en este momento”, dijo con orgullo.

Sostuvo que ha recibido más de mil felicitaciones por diferentes vía, de personas que tenía décadas que no las veía porque viven en Europa, en Africa, es algo increíble.

Sus hijas. Manolo Prince afirmó que sus hijas, Mirthia y Miranda Prince, de 15 y 13 años, respectivamente, están muy emocionadas y están ansiosas que llegue el día 20 para estar a mi lado.

“Ellas son deportistas, le gusta el baloncesto, el tenis, y están enfocadas en sus estudios”, expone con orgullo.

“Me siento contento, pero reitero, que la gente me dio hace mucho tiempo un sitial en el Pabellón”, agregó.

Alejandro Tejeda, debió ser el primero. Precisó que el capitán de la Selección Nacional de Baloncesto que gano el oro en Centro-Basket l977, debió a su humilde juicio, en ser primer exaltado de ese grupo de atletas en el Pabellón de la Fama.

“Yo espero que también se incluyan en años por venir a Héctor Báez, Víctor Chacón y Alejandro Tejeda, los 12 medallistas de oro en l977”, exclamó.
Una generación dorada. Luis Manuel Prince unirá su nombre en el Pabellón de la Fama a los de Hugo Cabrera, Miguel -Pepe- Rozón, Vinicio Muñoz, Frank Prats, Iván Mieses, Eduardo Gómez, Antonio -Chicho- Sibilio y Evaristo Pérez, todos jugadores del glorioso equipo del 77 que le dio a República Dominicana su primera y hasta hace semanas la única clasificación a un Mundial de Baloncesto, el de Manila ’78, Filipinas.

Compitió en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Medellín, Colombia, en 1978, ayudando al seleccionado a ganar la medalla de bronce y ese mismo año fue parte de la primera selección que compitió en un Mundial de Baloncesto.

En el basket del Distrito fue miembro prominente del equipo de San Lázaro que ganó el título de campeón, en la llamada Era Moderna del Baloncesto (Palacio de los Deportes), en 1974 y 1976.

Pero, previamente, comandó al conjunto a los títulos consecutivos entre 1968 y 1973. Dirigió la orquesta como armador titular en Centrobasket ’75 disputado en el país.

También fue de las principales figuras del equipo de San Lázaro que ganó ocho títulos seguidos de ese certamen en su antigua casa, el auditorio del Parque Eugenio María de Hostos.

Varias veces fue seleccionado como el mejor del año por la Asociación de Cronistas Deportivos.
Manolo mostró sus credenciales como jugador de futuro desde su época de estudiante de intermedia en el colegio Santa Teresita. Fue un jugador excepcional en el manejo del balón.