Ermita quedó como único vestigio entrada a pueblo

Ermita quedó como único vestigio entrada a pueblo

JIMANI, Independencia. La ermita de la Virgen de la Altagracia, solitaria en medio del descampado, es el único vestigio de lo que fue la entrada del pueblo de Jimaní. Intacta, sin sufrir ningún daño, la construcción de cemento contrasta con la desolación que hay a su alrededor.

Nada es lo que fue. El agua, que arrasó con furia la zona, dejó tras de sí un panorama impresionante: donde una vez hubo casas, tan sólo quedan la tierra cuarteada, los grandes pedruscos que bajaron de la montaña y los restos de matorrales que fueron arrastrados por el lodo.

Los agujeros en la carretera, vía de acceso al pueblo, son el primer aviso de lo que sucedió. Después, al ver cómo la mirada se pierde para constatar que sólo un tanque de almacenaje de agua quedó en pie, se comprende la verdadera dimensión de esta tragedia.

Los vestigios humanos son muy pocos. Algunas paredes de lo que fue una casa, a punto de caer, le dice a la gente que hubo una población en ese lugar. También, aunque suene dantesco, lo hacen los restos de ropa y utensilios de cocina que se adivinan a lo lejos.

Al caminar la zona, en dirección hacia el Lago Enriquillo, las imágenes son más fuertes: mientras las muñecas decapitadas cuelgan de las ramas de los arbustos que quedan en el lugar, las puertas de las neveras arropan los troncos de los árboles. Las planchas de zinc, por otra parte, también aparecen de cuando en cuando.

Entonces aparece ella, la ermita, como diciendo que a pesar de la desgracia la virgen aún acompaña a cada habitante de este lugar. Al igual que ella, como si se tratara de una paradoja, quedaron unas cuantas plantas de lechoza.

[b]VISION MUNDIAL[/b]

Mientras la mitad del pueblo fue arrasada, muchas de las casas que quedaron sufrieron algún tipo de daño: 620 viviendas están dañadas. Dos mil familias, según los reportes, fueron afectadas de alguna manera con la riada.

Para ayudar a las cinco mil personas que están directamente afectadas, Visión Mundial ha dispuesto 31 millones de pesos que destinará a las acciones de reconstrucción de Jimaní. El dinero proviene de aportes hechos por el gobierno de los Estados Unidos, UNICEF, Plan Internacional y las oficinas de Visión Mundial en Estados Unidos, Alemania, Canadá y la República Dominicana.

Los proyectos que implementarán a partir de ahora tienen como objetivo la edificación de viviendas para las familias que quedaron sin techo, el financiamiento para las personas que perdieron sus negocios y la normalización de los servicios de salud, educación, agua potable, electricidad y saneamiento urbano.

En cuanto al aspecto psicológico, a partir de esta semana empezarán a llevar consejería a las personas afectadas para que puedan sobrellevar mejor situación. Un grupo de 60 personas entrenadas y capacitadas en el manejo de crisis estará en contacto con las víctimas para evitar que les queden secuelas psicológicas.

Pasando al aspecto económico, Visión Mundial ha pensado en restablecer las economías familiares. Una de las fórmulas para lograrlo es coordinar la reconstrucción de los sistemas agrícolas, gracias a lo que favorecerán a 187 agricultores. También apoyarán a 63 pequeños negocios y microempresas. Para ello, trabajará en coordinación con el Fondo de Inversión de la Microempresa (FIME).

En el plano educativo, por otra parte, piensan implementar un plan de desarrollo de habilidades para la prevención, mitigación y rehabilitación de desastres.

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