WASHINGTON. AFP. El corredor de la muerte de Estados Unidos está repleto de extranjeros que no fueron informados a tiempo de sus derechos y se encuentran a la espera de ser ejecutados, en violación del derecho internacional, como podría ser el caso de un mexicano la próxima semana.
La execución de Edgar Tamayo Arias, de 46 años, está programada para el miércoles a las 18H00 (23H00 GMT) en Huntsville, una localidad de Texas (sur). En las últimas semanas se han multiplicado las llamadas e intervenciones diplomáticas y judiciales para intentar evitar la muerte de este hombre, condenado por el asesinato de un policía en Houston (Texas) en 1994, que no recibió la asistencia consular que le habría evitado la pena capital.
La Convención de Viena de 1963, ratificada por 175 países -entre ellos Estados Unidos-, señala que las autoridades penitenciarias deben velar por que el extranjero sea notificado de «los derechos que son suyos» y principalmente de «su derecho a informar a sus representantes consulares». De su lado, el consulado debe ofrecer ayuda y asistencia, visitarlo en prisión y representarlo ante los tribunales.
Sin embargo, solo seis de los 143 reos de 37 nacionalidades que actualmente se encuentran en el corredor de la muerte en Estados Unidos han sido informados de sus derechos consulares. De ellos, la gran mayoría son centroamericanos, mientras que ocho europeos -entre los cuales un español, un francés y un alemán-, de acuerdo con el último informe del Centro de Información de la Pena Capital (DPIC, en inglés). La Convención de Viena solo fue aplicada a un solo caso de los 28 extranjeros ejecutados desde 1976, cuando se restableció la pena capital en Estados Unidos.