Era una fecha anunciada y esperada: el aniversario de la Alianza Francesa que festeja, en 2014, los cien años de una fructífera labor que no solamente se ha mantenido, sino que ha avanzado increíblemente, pese al surgimiento de otros establecimientos de enseñanza del francés, pese a las crisis políticas, económicas y sociales.

Ahora bien, como tantas instituciones en nuestro país, el derrocamiento de la dictadura y el advenimiento de la democracia, constituyeron factores decisivos para esta institución ejemplar y su desarrollo definitivo, así como el surgimiento de sus filiales en el territorio nacional.

“Una libre asociación sin fines lucrativos que prospera, serena, y –según aparenta – asegurada de su porvenir, alcanza hoy el centésimo año de su edad: ¿no sería un milagro?”. No nos cansamos de meditar estas palabras, que convendrían perfectamente al siglo de “buenos y leales servicios” – así decían en la Francia de antaño– que ha rendido la Alianza Francesa en República Dominicana.

Sin embargo, esta frase, pronunciada por su secretario general, Marc Blancpain, se dedicaba a la Alianza Francesa de París, progenitora y gestora de todas las Alianzas del mundo, cuando esa alcanzó su centenario, en 1984, y lo honró orgullosamente.

Así ha sucedido con la Alianza Francesa dominicana, que cumple cien años entregada a la enseñanza del idioma francés y al florecimiento de actividades de arte y cultura. Era justo y necesario que esta fecha emblemática, simbólica y real, se celebrase con un énfasis particular.

Una exposición, suma de exposiciones. Varios eventos confluyen en esta conmemoración, organizados desde 2013 metódicamente para que se junten en el marco de una gran exposición, actualmente instalada en el Salón de la Cúpula y salas aledañas de la Galería Nacional de Bellas Artes.

Se conjugan, dentro de aquella unidad motivadora, muestras muy bien escogidas, ligeras, amenas, atractivas para todos los públicos y representativas del ambiente acogedor que identifica a esos centros educativos.

La región caribeña está constelada de Alianzas Francesas. Una primera propuesta buscó reunir a artistas del área en sucesivas exposiciones de sus obras. Aunque la respuesta fue mínima, el resultado sobrepasa de mucho la participación geográfica –originalmente solo acudió Haití, luego se sumaron caribeños residentes en Santo Domingo, oriundos de Cuba, Guadalupe, y Saint Croix –, y el aporte dominicano felizmente es considerable: dibujo, fotografía, pintura, instalación, “street-art”, categorías mixtas.

Impacta el casi mural de Wali Vidal, y se destacan pinturas de Alain Aumis, Alberto Bass, Inés Tolentino, Ángel Urrely, Edison Montero, Maritza Álvarez, sin olvidar la simbiosis de instalación y poesía de Ángela Hernández.

Auge de la fotografía. No obstante, predomina cuantitativamente la fotografía –especialmente la de Santiago–, representada por Fausto Ortiz, Manuel Libre, Amaury Suárez y Joan Padilla. Ese reino fotográfico caracteriza, por cierto, el conjunto expositivo.

Una observación singular se impone respecto a una verdadera exposición individual dentro de la exposición… Son 39 fotografías argénticas (tradicionales, químicas) del doctor Heriberto Pieter, pionero nacional de la fotografía y primer presidente de la Alianza Francesa.

Imágenes deleitables, en blanco y negro, captan –con un ojo a la vez sensible y sabio– paisajes rurales y marítimos, a veces gente y bodegones. El Centro León las cedió temporalmente de su magnífica colección. Un homenaje a la fotografía de antes… y de siempre.

La Alianza Francesa, siempre en la categoría de la fotografía, organizó el Concurso del Centenario, abierto a todos, de técnica libre, con el solo y lógico requisito de un tema: la Alianza Francesa, en cualquiera de sus sedes del país, sus exteriores e interiores, sus aulas y sus ambientes.

La participación fue bastante satisfactoria en número y nivel general, y se llevó el codiciado premio de un viaje y estancia en París, la visión real-imaginaria de Guadalupe Casasnovas –arquitecta, escultora… y fotógrafa–. Se estipularon, para facilitar el acceso de jóvenes y estudiantes, pequeños formatos cuya selección está expuesta.

Ahora bien, una manifestación aniversaria de tanta transcendencia en el tiempo necesita que conozcan su historial al filo de las décadas. Se ha hecho excelentemente, a manera de documento testimonial, en un extenso panel que ocupa un muro principal.

El arquitecto Fernando Ottenwalder realizó una labor conjunta de estética, información e investigación, que combina el texto y la reproducción fotográfica, las etapas y vivencias de la Alianza Francesa en el contexto de la actualidad dominicana y mundial. ¡Es motivo de fruición leer esta “composición”, aligerada por el diseño encantador de globos!

Mural histórico de la Alianza Francesa.

Evidentemente, esta exposición, compleja y completa, ha podido llevarse a cabo luego de una cuidadosa y prolongada preparación cuyas tareas se distribuyeron entre un equipo entusiasta y bien coordinado.

Hay que destacar la eficiencia de la joven responsable cultural, Mathilde Lere, y de la hoy delegada de las Alianzas Francesas de República Dominicana, Antonia Sandez, hace años directora de la filial de Santiago y gestora de “Resonancias”, importante y plural exposición dominicana en París.

De ella se decía entonces: “Cabe señalar las cualidades humanas y organizativas de Antonia Sández Negrini, directora de la Alianza Francesa de Santiago, en todo momento alma de la delegación artística”. Esta apreciación no ha cambiado… y la generosa celebración del centenario lo confirma, con creces.

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Otras presentaciones

La Alianza Francesa proyecta, además de las artes visuales, las artes escénicas, la danza y la música. Momento estelar de la inauguración del centenario fue el acrobático baile hip-hop y la “performance” de un conjunto musical: triunfaron talentos jóvenes sorprendentes. El 20 de febrero, en el auditorio Máximo Avilés Blonda de Bellas Artes, se ofrecerá un aclamado espectáculo de circo, teatro… y coreografía. Su éxito está asegurado.