Importante, que a menos de cien días Barack Obama y la secretaria de Estado de Estados Unidos se reúnan mañana con los Presidentes de los países del Continente, pues somos la región del mundo más próxima a Norteamérica con intereses comunes, importantes intercambios comerciales y humanos, la que tradicionalmente no ha sido reconocida en trato directo de parte de los ejecutivos de esa nación. Pocos han dado la debida importancia a nuestros pueblos con alrededor de seiscientos millones de ciudadanos.
Hoy, no podía ser de otra manera, Obama demostró sensibilidad política y social, fundamental para nuestros países.
Las recientes visitas a México y la reunión en Costa Rica de Clinton y Biden marcaron la senda.
Una de las medidas más esperadas desde las elecciones en Estados Unidos para un pleno entendimiento, fue la decisión de levantar las restricciones de viajar a Cuba, que cuenta con el apoyo mayoritario de los cubanos-estadounidenses; enviar remesas desde EU; y el levantamiento de las sanciones impuestas por la OEA en 1962 en Punta del Este, pues el mundo de hoy no es el de la guerra fría, ni el de octubre 1962 cuando Kennedy obligó retirar los misiles colocados en Cuba por la URSS en medio de la mayor tensión político-militar vivida por el Continente en su historia. Los dominicanos vivimos días de incertidumbre. La vecindad nos aterró.
De esa violencia surgió el bloqueo para asfixiar Cuba en 1964, se tomó de precedente octubre 1956 cuando URSS aplastó en Budapest la dignidad y firmeza de los húngaros que protestaban contra la dictadura impuesta.
Obama actuó hoy conforme los tiempos. Eso se esperaba desde que la juventud norteamericana le escogió como presidente.
República Dominicana saluda la decisión tomada por su gobierno y en usted señora Clinton felicita a su pueblo. Y podemos afirmarlo sin titubeos porque en el único intento serio de la OEA para levantar las sanciones a Cuba y restablecer relaciones, en la VI Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores celebrada en Quito en 1974, en que representé mi país como Canciller, votamos a favor con la mayoría de países latinoamericanos a esos fines. Subterfugios legales impidieron las 2/3 parte de votos necesarios para lograrlo.
Hoy celebramos los dos primeros pasos dados por su gobierno. El tercero vendrá en su momento, porque ya no tiene razón de ser a la luz de la apertura que usted desde la alta posición que ocupa viene apoyando.
En medio de la globalización las exclusiones son un absurdo.
Latinoamérica es aliada natural de su país, merece su atención prioritaria y si no hay unión entre todos, las conquistas y la justicia social se dificultan, se alejan.
La democracia es respeto a la diversidad. Cuando los padres fundadores de Estados Unidos elaboraron su carta sustantiva abogaban por la libertad; hoy dos siglos después los pueblos nuestros abogan junto a la libertad, por justicia social, pues no hay peor dictadura que la del hambre, falta de salud, y la ignorancia.
Otro país del Continente que merece atención prioritaria para que vivamos todos en paz es Haití y éste para República Dominicana es de más alta prioridad que Cuba por compartir con nosotros la isla. Única en el mundo que comparten dos países, con el agravante de las diferencias de sus orígenes, idioma, religión, cultura, tradiciones.
Por eso nos satisfizo su visita previa a esa nación prometiendo fondos para ayudarla, esperamos que no solo lleguen sino que sean aplicados a los objetivos señalados: reconstrucción del país; revitalizar su economía; mantener acceso a servicios básicos; y preservar un marco macroeconómico estable.
Eso desea fervientemente nuestro pueblo que hace años viene resistiendo la pesada carga económica que representa de cerca del 50% del Presupuesto de Salud gastado en atención a miles de parturientas haitianas que vienen a dar a luz aquí y miles de ciudadanos dominicanos que toman una yola para viajar a Puerto Rico y de ahí a Estados Unidos, porque la mano de obra haitiana pagada con salarios que los dominicanos no aceptan, los empujan a emigrar a Estados Unidos.
El desarrollo de Haití es de alta prioridad para su país y el nuestro.
Esta primera cumbre de Estados Unidos con los jefes de Estado de la región al inicio de una nueva administración norteamericana, es un paso de avance en este nuevo mundo que se inicia a partir del siglo XXI.