El Servicio Nacional de Meteorología ha pronosticado que la actual sequía se extenderá hasta finales de abril, y exhorta a la población a racionalizar el consumo del agua.

Tal exhortación es una pérdida de tiempo, pues la población dominicana ha sido tradicionalmente incapaz de racionalizar nada, o de ahorrar algo. Se ha acostumbrado a desperdiciar, al derroche, hasta en periodos de escasez. El dinero, la luz y los combustibles, son simples muestras.

La única solución viable radica en forzar a la ciudadanía, mediante procedimientos legales, prácticos y cuasi compulsivos, a consumir el agua indispensable para las labores domésticas y productivas. Y el mecanismo idóneo consiste en la instalación de medidores, o contadores de agua, y cobrarle a todos los usuarios según su consumo, similar al teléfono, pero no tan caro.

De los 11 millones de personas que habitan actualmente el país, el 97% recibe el preciado liquido en las zonas urbanas y el 92% posee conexiones domiciliarias o cisternas, razones suficientes para que se establezca un sistema de contadores que cuente el agua consumida mensualmente por cada negocio o vivienda urbana o rural. La demanda actual supera los 12 mil millones de metros cúbicos, mas de la mitad de la oferta disponible, mientras el consumo per cápita se estima superior a 500 litros diarios por habitante.

La instalación de medidores es una propuesta útil del ingeniero Aridio Santos, presidente del CODIA, para todos los hogares, comercios e industrias, que garantiza el uso racional del liquido.

Según afirma, la importancia vital del agua refleja la necesidad de asignarle un precio que responda al valor de escasez del recurso, y monitorizar el consumo al través de medidores.

A cobrar el agua, pues la crisis llega cuando se derrocha la abundancia.