LA HAYA. La sesión para anunciar el fallo por el litigio entre Perú y Chile se ha iniciado este lunes en la sede de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
A pedido de Perú, que presentó una demanda el 16 de enero de 2008, la CIJ, máxima instancia judicial de Naciones Unidas, definirá las fronteras marítimas entre los dos países.
Perú, a diferencia de Chile, considera que ninguno de los tratados firmados hasta ahora establecieron los límites de las zonas marítimas.
Ambas partes dijeron que esperan el fallo con serenidad, y se comprometierona a acatarlo. Peter Tomka, el presidente de la Corte, inició a las 15H00 la lectura del dictamen, haciendo un resumen de los tratados y acuerdos firmados hasta ahora, sobre los cuales se emitirá la decisión que han tomado los 15 jueces que la integran.
Se trata ante todo de determinar si esos decretos, tratados y convenios, fijan las fronteras sobre esa zona de 38.000 km2, con gran actividad pesquera, que actualmente está bajo soberanía chilena.
Perú reclama además «derechos soberanos exclusivos en la zona marítima situada en el límite de las 200 millas de su costa».
El gobierno peruano pidió a la población mantener la buena sintonía con Chile, dado que las viejas que se remontan a la confrontación militar de 1879-1883 (de Chile frente a Perú y Bolivia), en la que Perú perdió parte de su territorio sur, siguen latentes.
Bolivia, que en abril de 2013 presentó a su vez una demanda en la CIJ contra Chile, al que reclama una salida al Océano Pacífico, estará pendiente del fallo ya que considera que ello puede incidir en su caso.
Un odontólogo peruano que vive en Italia, Edison Amez, vino a La Haya especialmente para escuchar un fallo que «espera que zanje de una vez por todas» el litigio y permita empezar una relación «normal» entre los dos países.
«Hay que cerrar el litigio desde el punto de vista internacional», afirmó.
Relaciones comerciales
Pero más allá de las rivalidades, el comercio y las inversiones han marcado la agenda bilateral de los últimos años y lo seguirán haciendo en un futuro, sostienen los analistas.
«Hay dos escenarios posibles», explica a la AFP Sergio González, historiador del Instituto de Estudios Internacionales Universidad Arturo Prat de Iquique.
Uno es que los países «utilicen el fallo como una oportunidad para interaccionar más, para realizar proyectos conjuntos, fortalecer y profundizar la densidad de sus relaciones comerciales, la movilidad de las personas, fortalecer la Alianza del Pacífico, una agenda positiva».
El otro es que «quede un resentimiento en alguna de las dos partes, la que se va más perjudicada, y que esto genere un distanciamiento hasta que las cosas vuelvan a recomponerse».
Los dos países, para los que el comercio es vital, promueven la Alianza del Pacífico, junto con Colombia y México, una plataforma regional de libre comercio.
También están en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), con el que esperan engancharse al tren que pilotan los países asiáticos.
Además las inversiones de las empresas de ambos países en el otro superan los 20.000 millones de dólares.
«Hay demasiado dinero involucrado para que este fallo pueda poner en riesgo todo el trabajo que se ha hecho en ambos países», dice Juan Carlos Fisher Tudela, presidente de la Cámara de Comercio Peruano-Chilena.