Leonel

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La revelación del último sondeo de la firma de encuestas Penn, Schoen & Berland difundida por los medios de comunicación el doce del presente mes de febrero que asignan al ex-presidente Leonel Fernández un 65% en la primera vuelta y un 67% en la segunda, no debe sorprender a muchos, sino a muy pocos o a nadie.

El 67% en la segunda vuelta no se explica cuando en la primera consigna un 65%, y con el 50 más uno no hay una segunda vuelta.

El presidente Hipólito Mejía, que ha prácticamente obligado su reelección, sin el respaldo de la mayoría de su propio partido, la firma encuestadora le endosa un risible 13% en primera ronda y nada en una segunda.

Desde hace varios meses este servidor viene creyendo y diciendo que en realidad, para mi personal percepción, el ex-presidente Fernández ganará con un amplio 57% en la primera ronda, y hoy lo escribo para que, como aducen los juristas en su jerga en un acto de alguacil, «no se alegue ignorancia».

Leonel Fernández ganará nueva vez la presidencia de la República no porque constituya una expectativa del otro mundo para conjurar la gravísima crisis económica, política y social en las cuales ha hundido al país el presidente Hipólito Mejía y de la cual saldremos, superaremos los dominicanos, con mucho esfuerzo pero sobre todo, con un estricto monitoreo del FMI, en una década, para que se dimensione el daño que este gobierno ha hecho al país.

Es decir, que el doctor Fernández repetirá el poder en andas del cúmulo de desaciertos en el desempeño económico, político y social del presidente Mejía, como llegó en andas del doctor Joaquín Balaguer en 1996, nunca por exclusivo mérito propio.

Cuando el doctor Fernández se desempeñó en el poder, la economía dominicana exhibió un sostenido crecimiento de un 7% y la macroeconomía creció de manera firme y acentuada, y la inflación fue de un 12%, mientras que hoy el PBI es de un 1.3%, este año el FMI pronostica que será de apenas un 1%, la inflación en un 42%, y mientras el doctor Fernández manejó el barril de petróleo a US$30 dólares promedio en sus últimos seis meses de regencia, el dólar estaba al 18×1 y hoy, con esos mismos costos de petróleo, el dólar se cotiza por sobre el 50×1.

Eso demuestra un desempeño pésimo en los manejos económicos, que ha repercutido de manera gravísima en el deterioro de la calidad de vida de los dominicanos de todos los estratos sociales, porque mientras los pobres apenas sí pueden llevar un bocado una vez al día, los más afortunados, los ricos han visto reducirse sus fortunas, devoradas por las altas tasas del signo monetario norteamericano que rige la economía dominicana.

El signo monetario norteamericano que rige la economía dominicana porque absolutamente todo lo que importamos tenemos que pagarlo en dólares y porque desde USA proviene el 85% de todo lo que importamos y fluye el 75% de todo lo que exportamos. Sencillo.

El suministro de electricidad discurre en estos momentos por uno de sus peores referencias con la mitad del parque productivo apagado porque el gobierno le adeuda RD$25 mil millones, y además, los generadores pretenden que se les pague el kilovatio a $16 en vez de $8 hoy.

Los epígonos del deshilachado PPH que promueve el imposible de una reelección con una economía hecha añicos y un PRD fragmentado como un juego de parché desorganizado antes de armarlo, atribuyen el desastre de la producción de electricidad a la perversidad de Leonel Fernández de entregarlo sin grandes compensaciones para el estado dominicano, pero ese es un argumento intrascendente, porque este gobierno se presume debió superar ese y otros problemas, no como una comadre de patio gemir por heredarlos, omitiendo su manifiesta ineptitud.

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