Madres

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El Día de las Madres ha llegado esta vez en circunstancias preocupantes para todos, pero particularmente para estos seres cuya misión es multiplicar vida y amor.

Por un lado están la inseguridad y la violencia, ingredientes que constituyen un motivo de permanentes temores para las madres, sobre todo aquellas que tienen adolescentes que son potenciales víctimas de casualidades o incidentes.

Este día, por ejemplo, están sumidas en inenarrable dolor las madres de tres jóvenes que murieron en una balacera en el estacionamiento de una discoteca de la avenida Tiradentes.

Pero no es un dolor exclusivo de estas tres madres, sino que otras han tenido que pasar por la terrible experiencia de perder hijos por causa de la violencia, del poco aprecio y respeto hacia la vida.

El otro motivo de consternación para muchas madres es el auge cada vez más acentuado del consumo y tráfico de drogas que,  sea como vicio o  como negocio, siempre tiene una estrecha relación con  el odio y la violencia, y más allá de eso, con la degradación más terrible de la dignidad  humana.

Las drogas han destruido a muchas familias que han tenido la desdicha de contar en su seno a algún adicto, o alguien que ha caído en manos de la Justicia por dedicarse al tráfico o venta de sustancias prohibidas o alguien que perdiera la vida en denominados ajustes de cuentas.

II

La consternación de la madre no termina ahí.

Hay también penurias económicas indignantes que obligan a las madres  a hacer magia para tratar de estirar el inelástico presupuesto familiar.

Las esperanzas maternas de que muchos productos bajaran de precio por los desmontes arancelarios pautados por el DR-CAFTA, sumados a otros desmontes como el de la comisión cambiaria y la factura consular, han chocado de frente con la voracidad del comercio y la falta de voluntad política del Gobierno para meterlo en cintura.

Las alzas constantes de los precios de los combustibles son una amenaza para el presupuesto familias.

Se trata de  alzas transferibles al consumidor a través de los precios de bienes y servicios, y las madres dominicanas tienen que lidiar con ello cotidianamente.

Y el drama de la pésima calidad y exagerado costo del servicio de suministro de energía eléctrica hay que añadirlos a los elementos de preocupación para las madres dominicanas.

III

Por otro lado está el desparpajo en torno a la seguridad social, que contiene reivindicaciones con las que todos estuvieron de acuerdo en la teoría, pero que al aproximarse a la práctica tropieza con los disensos y contradicciones.

Por cierto que está en manos del Presidente Leonel Fernández la autoridad para desbloquear el camino hacia el Seguro Familiar de Salud, que ha sido torpedeado por médicos, empresarios y dueños de clínicas privadas. El Presidente ha anunciado para las próximas horas una alocución en la cual fijará una posición al respecto.

Y no podría faltar entre los motivos de preocupación de las madres dominicanas la falta de propuestas de solución a los problemas nacionales por parte de políticos en campaña extemporánea que aspiran alcanzar el poder en  las elecciones del 16 de mayo del 2008.

 Así las cosas, las madres domincianas tienen bastante motivos para acoger este día, su día, con poco deseo de  celebrar.

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