Mamá

Mamá

Normalmente la gente evita escribir en un periódico, de lo que llamamos asuntos  personales. Contrario a esto hoy he querido compartir públicamente mis sentimientos, en ocasión del primer aniversario de la partida de mi inolvidable madre.

Comenzaré la participación en este prestigioso diario nacional expresando emociones y recuerdos de un ser inmensamente amado que se fue de este mundo material. Se trata de Liliana Altagracia Rodríguez Tejada viuda Fernández.

Parecería que es hoy que ella ha llegado al mundo de mis recuerdos y no es así, porque hoy para recordarla es un día más. Les confieso que ella no ha salido, un solo instante, de mi mente y de mi alma en este largo año.

Ella fue una mujer excepcional y parece una inmodestia referirlo, pero he querido trascender a los prejuicios y contárselo a Uds. en ovación a ella; en reconocimiento de su vida digna y de sus hechos en el silencio de la cotidianidad y de la familia, en el tiempo que habitó este planeta de intensas emociones.

Creo que a las madres hay que recordarlas no tan sólo en el corazón. Cuando se ausentan hay que contar sus hazañas, sus historias, sus obras y hay que llorar cuando nos invade la soledad sin ellas, y reir cuando nos acordamos de sus hechos graciosos y atrevidos.

Por qué tan solo hablar de las madres en los ambientes privados?

De cuántas madres heroínas conocemos testimonios de sus hijos e hijas?

Hoy que mi mamá hace 365 días que se fue de este mundo, quiero pedirles el permiso para decirles que tuve como todos Uds. una madre de la que me siento inmensamente orgullosa, y que la tengo y tendré presente en cada instante de cada día hasta que mis días aquí, terminen.

De seguro, todos y todas estamos de acuerdo en que ellas viven para siempre. Los que tienen su madre viva y consigo, tienen la sensación de que lo que estoy diciendo es real, y a los que se nos fue hemos comprobado ya, que ellas no mueren nunca, simplemente se mudan y se nos imposibilita abrazarlas y besarlas.

Madre querida, en este aniversario, así como se glorifica a los patriotas, a los héroes y a los que han trascendido públicamente, quiero decirte que fuiste inmensamente importante en esta vida; que diste más de lo que estabas obligada a dar; que fuiste una mamá inigualable; que cumpliste trascendentes misiones que quedaron grabadas en nuestras conciencias y en nuestra actitud y compromiso para la vida.

Qué bueno es haber tenido una buena madre como tú! Qué bueno! Qué privilegio! Además de los derechos fundamentales, es esto en lo que todos somos iguales, porque son una excepción, las madres no buenas.

A mi madre la recuerdo por su templanza; porque difícilmente dudaba cuando tenía que tomar una decisión; la recuerdo por su valentía; por su honestidad a toda prueba; por su dedicación incansable; por su amor infinito; por su sinceridad sin límites y por su vida sencilla pero intensa, capaz de las más grandes hazañas y de las más grandes luchas.

Les propongo humildemente que aumentemos el sentido de respeto y consideración a nuestras madres, estén aquí o estén allá. No nos amilanemos con esto. Todo resulta poco para lo que ellas merecen. Definitivamente que una madre es el mejor regalo que Dios nos ha dado.

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