La recién nombrada procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, afirmó ayer que no ensuciará su alma con rencores y sentimientos miserables.
“El que espere de mí venganza y retaliación se va a equivocar.

Yo lo que aspiro es a la transparencia y a una justicia sin privilegios y sin maltrato”, declaró ayer la procuradora general momentos antes de salir de la Catedral tras participar en el tedeum oficiado por monseñor Francisco Ozoria.

Aunque en la declaración ofrecida ayer la magistrada no expresa por quien o quienes no ensuciará su alma, se recuerda que durante la evaluación del Consejo Nacional de la Magistratura para la escogencia de jueces en las altas cortes el exprocurador Jean Alain Rodríguez la sometió a un interrogatorio que rayó en el escarnio, en la humillación.

La actitud de Rodríguez generó un fuerte rechazo y se atribuye a las críticas que hizo la magistrada al expediente de corrupción Odebrecht, instrumentado por el Ministerio Público.
En ese sentido, siendo presidenta de la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, Germán Brito expresó que “a cualquier persona mínimamente preocupada por la suerte del proceso que se lleva sobre el caso Odebrecht le atormenta el aspecto probatorio”.

Como si hubiesen sido palabras premonitorias, el expediente elaborado por el Ministerio Público incluyó a 14 imputados, de los cuales solo quedaron seis; y el caso, que involucra el pago de 92 millones de dólares en sobornos a funcionarios y exfuncionarios, aún sigue en los tribunales a tres años de su apertura.

El nombramiento de Germán Brito en la Procuraduría era uno de los más esperados por diversos sectores de la sociedad que exigen tolerancia cero contra la corrupción.
Inventario. Por otro lado, la magistrada Germán señaló que tiene que hacer un inventario de lo que hay y lo que no hay en la Procuraduría General de la República.

Hasta que no lo haga, indicó, no puede hablar acerca de cuáles serán los primeros pasos que darán al asumir sus funciones.
Lo único que adelantó es que existe la voluntad, como dijo el presidente Abinader, de acabar con la impunidad.