Washington. De los Servicios de Hoy. La nueva amenaza para la periferia de la zona euro llega de manos de la deuda empresarial. Según informa el Fondo Monetario Internacional en su Informe de Estabilidad Financiera (GFSR, por sus siglas en inglés) parte del excesivo endeudamiento de las compañías está en manos de entidades financieras con poca capacidad para cumplir sus responsabilidades.
Esto crea un escenario que podría hacer temblar de nuevo los balances de los bancos de España, Italia, y Portugal, que podrían enfrentar hasta 249,000 millones de euros en pérdidas brutas.
En el caso español, y en el más adverso de los escenarios, la cifra total alcanzaría los 104,000 millones de euros en dos años. Ahora bien, su situación se distancia del caso italiano y portugués porque esta cifra «estaría totalmente cubierta por las provisiones de capital existentes» en las entidades bancarias, según indica el documento.
Es decir, «tras varias revisiones sobre la calidad de los activos y pruebas de resistencia, los bancos españoles han incrementado sus provisiones al respecto, especialmente en lo que se refiere a su exposición a la construcción y el mercado de vivienda», añade.
Por el contrario, nuestros vecinos italianos se quedarían cortos y les faltarían 53,000 millones de euros para enfrentar pérdidas de 125,000 millones de euros. Aún así, según indicó el Fondo, la brecha en las provisiones podría costearse a través de los beneficios operativos de la banca italiana sin erosionar sus colchones de capital.
En el caso portugués, las pérdidas podrían ascender hasta los 20,000 millones de euros, por lo que sus provisiones necesitarían 8,000 millones de euros más. Como sucede en Italia, esta cifra podría cubrirse a través de los beneficios generados por las entidades bancarias.
Para José Viñals, director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI, las acciones políticas a nivel regional y nacional en la zona euro «han reducido las presiones sobre la financiación de los soberanos más débiles y los bancos» pero, sin embargo, «el crédito sigue viéndose obstaculizado por la fragmentación financiera».
El exsubgobernador del Banco de España explicó que una parte significativa de la deuda de las empresas en las economías está ahora en manos de entidades con escasa capacidad de servir con sus responsabilidades de deuda.