Obras

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Cada día hay nuevos motivos para preguntarse qué está ocurriendo con la política de inversiones del Gobierno.

Hay un aspecto de esa política que hace percibir un ambiente de bonanza, de holgura financiera. Ese es el efecto que produce, por ejemplo, la marcha acelerada de la construcción del Metro de Santo Domingo.

Hay otra faceta, sin embargo, que induce a pensar en insuficiencia de recursos para la inversión. Aquí encaja el hecho de que secretarías como Obras Públicas y Educación tienen serias limitaciones, que les impiden concluir sus respectivos programas.

Ahora es el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) quien pone sobre el tapete elementos de aparente constreñimiento, que contrastan con la holgura de que hemos hablado.

Este colegio profesional ha solicitado al Gobierno la reanudación de obras valoradas en diez mil millones de pesos que están paralizadas en todo el país.

Lo ha pedido, según explica, porque la paralización afecta las economías de los contratistas que tienen a su cargo esas obras y a los trabajadores que las ejecutaban, de quienes se afirma están dispuestos a terminarlas siempre que se asignen los recursos correspondientes.

Aparte de la reanudación de las obras, el CODIA está reclamando que se pague unos doscientos millones de pesos en deudas que tiene el Gobierno con al menos treinticinco contratistas. 

-II-

Es bueno notar que las obras paralizadas están mayormente ubicadas en la región del Cibao, y no sería temerario suponer que en otras zonas del país habría una situación semejante.

Más allá de las motivaciones muy específicas y puntuales del CODIA, está el hecho de que las construcciones son uno de los medios más efectivos para movilizar la economía.

Aún en épocas de dificultades severas, se recurre a la dinamización de la construcción, con una visión general, para inducir demanda de bienes y servicio y crear plazas de trabajo.

Lo que es difícil de entender es que todos los esfuerzos y recursos financieros parezcan focalizados hacia una sola obra con efecto en un radio geográfico muy limitado, mientras se mantiene paralizadas otras, muchas de las cuales fueron iniciadas antes que el metro.

La relación causa y efecto de estos contrastes repercute tanto en términos económicos como políticos para la administración que haya propiciado semejante situación.

En este tramo del año el país necesita una reactivación de la economía y uno de los medios más idóneos es la construcción.

No sabemos por qué están paralizadas estas obras, pero sería provechoso que se atendiera lo que pide el CODIA y se reactiven estas construcciones que, de seguro, tenían consignadas sus inversiones en el presupuesto nacional.  

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