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Una tarde lluviosa de aquellos días gloriosos de la publicidad, cuando se expresaba visualmente mediante herramientas artesanales, ocurrió un hecho muy cómico en una agencia que tuvo gran apogeo en la década de los años 80.

Danielito, multifacético artista que ha aportado mucho al diseño gráfico dominicano, estaba concentrado en un encargo del presidente de la empresa cuando escuchó el lamento de la directora crativa al entrar a su oficina y ver sus revistas GQ empapadas de agua. Todos los que conocemos esa historia recordamos cuando Danielito voceó:»Se le mojó el talento a la doña».

Otras frases se han dicho con el mismo sentido. Al ponerse de moda la televisión por cable y la internet muchos publicistas critican los «fusilamientos» indiscriminados a comerciales y diseños tomados de estos medios. Algunos creativos que se han empeñado en su actualización profesional hacen lo correcto al adquirir catálogos, revistas, ver buenos anuncios y navegar en la red para estar al tanto de las corrientes e investigaciones que, aplicadas correctamente, dan buenos resultados hoy en día.

[b]ENREDADOS EN LA RED[/b]

El ejemplo más ilustrativo del mal uso de las facilidades que da la tecnología para hacer buenas producciones publicitarias lo tenemos entre artistas del diseño gráfico que se sumergen en el inmenso mundo de la internet en busca de un telento que probablemente tienen en su propia cabeza. Muchas veces se salen con la suya y logran presentar buenos trabajos o fusilamientos bajando ideas y gráficos de la red, pero cualquier día un apagón eléctrico o electrónico les hace una mala jugada y no pueden hacer dos rayitas sin la ayuda del «mause».

Hay una gran cantidad de jóvenes estudiando publicidad, mención diseño gráfico o creatividad, que no sienten la necesidad de leer poesía o dibujar a lápiz; o quizás no tienen mucho tiempo porque lo reparten entre las horas de clase y el chateo con panas cibernautas, expertos en disorsionar el idioma español. «K l k» (quiere decir ¿qué es lo que es? en el idioma de lo jevitos de la red).

Es indispensable para un publicista conocer las subculturas del mercado para poder comunicarse de modo más efectivo, aún sin ataduras gramaticales muy estrictas, pero para llegar a ese dominio es indispensable tener una cultura básica general apropiada.

La internet nos brinda muchísimas páginas con direcciones para comprar fotografías, ilustraciones con el tema que nos imaginemos y nos permite ver videos y escuchar creaciones que nos sirven para resolver nuestros compromisos profesionales. Podemos conseguir muchas cosas gratis e intercambiar ideas en todo el planeta. Estas facilidades son una excelente oportunidad de esta era, con una tecnología que avanza muy velozmente, pero las economías del mundo subdesarrollado no pueden competir de manera ventajosa si los individuos no cuentan con una base que le permita correr a esa velocidad.

No todo está en la red. Muchos de nuestros talentos publicitarios quedan atrapados en ella si no se detienen a cultivar su imaginación en los libros, ver el mundo fuera de la pantalla o escuchar otras cosas que no sea Mp3.

[b]LOS PROGRAMAS TAMBIEN[/b]

La tecnología nos pone en la mano paquetes que resultan maravillosos para la creatividad publicitaria, y debido a ello una gran cantidad de diseñados gráficos nunca han mezclado un color que no sea de manera virtual; llegan a dominar las fórmulas Pantone y Process confimando su resultado en el papel impreso o el video, pero no conocen un pincel ni una paleta.

Photoshop, Free Hand, Corel, Maya y una gran cantidad de programas de computadoras resultan mágicos para la creatividad gráfica, pero ellos no son el talento, son herramientas.

Tenemos ante nosotros una gigantesca ola que llega como un maremoto de oportunidades tecnológicas, pero si nuestros creativos no se ejercitan de modo correcto para ir a su altura muchos terminarán ahogados en tanta abundancia.

Lamentablemente la cosas se complican más para los buenos publicistas en el orden de los negocios porque hay gente que compra una PC o una Mac y cree que puede montar una agencia desde el mismo momento en que se conecta a la red, baja un programa gratis e inicia su carrera de fusilamientos. Lo peor de todo es que en estas sociedades en ascenso todavía quedan muchos empresarios que se impresionan con esto.

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