Punta Caucedo

Punta Caucedo

Es habitual que en el mundo actual, sectores industriales y comerciales se enfrenten a problemáticas que los obliga permanentemente a mantenerse en la esfera de la coperatividad. Las leyes normales entre ellos, es la evicción, por constituir sectores económicos de baja rentabilidad y por lo tanto estar condenados a desaparecer. La jungla y el mundo de los negocios tienen eso en común, la ley la detiene el más fuerte.

Las discusiones sobre costos de gastos aduanales, de tiempo para la salida de aduanas, del uso o no de almacenes fiscales no es más que una guerra, legal en estos tiempos de globalización, entre quienes se beneficiaron, durante años y años, por parte del Estado Dominicano que conocían por dentro, de privilegios fiscales siendo importadores y quienes ahora, controlar el tránsito comercial internacional, entre mar y ciclos, por encima de los Estados nacionales.

Las necesidades y las condiciones que implica el proceso de globalización de la economía, nos impone hacer análisis diacrónico par entender como el espacio dominicano se está transformando acorde con las grandes configuraciones comerciales y financieras, en particular TLC, OMC y acuerdos regionales del FMI o del Banco Mundial.

Los conflictos surgidos alrededor del mega puerto de Punta Caucedo son reveladores de la competencia existente entre los empresarios dominicanos y otros, aliados a capitales internacionales.

Unos estaban acostumbrados a la cultura imperante en el puerto de Haina (Oriental o Occidental), los otros, están imponiendo nuevas reglas del juego, que van a decantar los usuarios del nuevo e impresionante Puerto Multimodal.

Por lo tanto, entre el empresariado dominicano se producirá la evicción de los que se recostaron del Estado Dominicano y no pueden someterse a las condiciones del Puerto Multimodal y los otros, los que podrán adecuarse y se beneficiaran de servicios e instalaciones que a pesar de los costos por servicios de verificación y fletes establecidos, les garantizaran, las condiciones impuestas por los acuerdos internacionales, de comercializar sus mercancías en condiciones de seguridad, agilidad, eficacia e eficiencia con el manejo acelerado de carga y descarga de estas mercancías, algunas, por entrar en territorio dominicano y otras, en tránsito, en ese pequeño territorio, transaccional de donde se despacharan a otros puertos o aeropuertos, del mundo.

El 21 de Febrero del 2002, cuando fue dado el primer picazo que iniciaba la construcción del Puerto Multimodal de Punta Caucedo, asistíamos al surgimiento de una nueva realidad: Construido a un costo que supera los US$290 millones, se conglomeraron capitales del mundo entero (Scotiabank, COFACE de Francia, DEG de Alemania, de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial y de la agencia de crédito holandés, Gerlin NCM). Allí se unieron inversionistas dominicanos con una de las compañías de transporte marítimo más grandes de los EEUU, CSX Wolrd, Terminals, para transformar un lugar, hasta ahora dedicado a actividades turísticas, en uno de los puertos-nudos en el Caribe, mejor situado estratégicamente.

Localizado en un punto de acceso natural de aguas profundas, cerca del Aeropuerto Internacional Las América, a poca distancia de una población cesante eminentemente explotada con salarios restringidos tales como los pagan los Ingenios Azucareros, el puerto multimodal se adecuo a las nuevas exigencias de seguridad y de riesgos con la adopción del Código ISPS y persigue conseguir la certificación más alta del programa CSI del gobierno norteamericano en cuanto a normas y medias de seguridad se refiere, en sus límites.

Haina, con su puerto, forman parte de esos espacios que hoy en día, el capital ha desvalorizado y colocado en la esfera de los espacios «mal conectados» por no reunir las condiciones socio especiales adecuadas: por las prácticas imperantes en ese puerto y que conformaba una cultura aduanera dominicana, entorpecedora, corrompida, lenta, rodeada de un ambiente urbano arrabalizado por la falta de infraestructuras modernas, por la falta de política de construcción de viviendas sociales, espacios rodeados de vertederos y de inmensos cráteres que provoca la explotación de las canteras de caliche. El entaponamiento, el parque vehicular viejo y contaminante, la inexistencia de conexiones viales intra regionales rápidas y modernas, han contribuido a que el puerto de Haina, no reúna las condiciones necesarias para su readecuación.

Sin embargo, Haina, había sustituido al puerto de Santo Domingo al final de los años 70 cuando los organismos financieros internacionales decidieron desenclavar el puerto comercial de Santo Domingo, después de una lectura crítica de lo acontecido durante la Revolución de 1965, con el muerto y las Aduanas.

Haina pero estaba la modernización de las actividades portuarias, el desplazamiento de todas las actividades ligadas al puerto y las aduanas fuera de Santo Domingo, ya que se decidió hacer de ella,una ciudad turística, lo que provocó un cambio de cultura y de identidad en la ciudad de Santo Domingo.Allá, en Haina, se provocaba un caos de otra dimensión, urbano esta vez, por no haber previsto las necesidades sociales creadas por un flujo de dominicanos llegados del Sur, en busca de mejor condiciones de vida. Durante más de 30 años, Haina ha concentrado todas las funciones de ciudad portuaria: comercial, industrial, residencial y cañera a la vez. Desde su frente de mar, entraba y salía todo lo que se importaba y exportaba en el país.

Con la inauguración de la zona franca puerto multimodal de Punta Caucedo se inicia una nueva etapa en la concepción de los puertos-aeropuertos, espacios ligados al movimiento y a las conexiones rápidas, al establecimiento de reglas del juego legales y comerciales, internacionales, por encima de las territorialidades existentes. El sistema bancario no se equivocó, por ese nuevo puerto, deslocalizado hacia el Este de la ciudad, se conectara el mundo de las finanzas, del comercio internacional, como un nuevo cordón umbilical, a la par y en la ruta de los otros puertos del Caribe, de Jamaica y de Puerto Rico.

Es la etapa donde los puertos se manejaran sin obreros, sin gritos, ni subastas, ni grandes sirenas, las llegadas serán operadas desde torres de controles por pilotos aguerridos que no tendrán la gracia de esos viejos lobos de mar barbudos, venciendo huracanes y olas agigantadas.

La tecnología sustituye a los obreros portuarios, el Internet a los subastadores, el Puerto se parecerá cada vez más a un gran aero-puerto, donde se anunciaran los embarques, desembarques y tránsito, en paneles lumínicos, donde el inglés sustituirá esas lenguas llegadas del lejano oriente, de donde solían embarcar la mayoría de las personales viajantes.

Este tiempo ya es cultura. Asistimos a nuevos espacios y nuevos tiempos, a nuevas territorialidades jurídicas.

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