Como apuntásemos al final de nuestro articulo anterior, las tierras distribuidas por la Reforma Agraria superan los 10 millones de tareas, en las cuales se han asentado 112,653 familias. Cuál es el resultado de ese ejercicio de distribución de tierras?

El Boletín Estadístico del IAD 2004, informa que el volumen de producción de 15 cultivos superó los seis millones 600 mil quintales, a lo que se debe adicionar 144,746 millares de plátanos y 2, 436,474 unidades de racimos de guineo. La producción de leche fue de 19,399,000 litros y la de carne de 1,666,000 kilogramos. Este volumen de producción generó ingresos superiores a los 5,069 millones de pesos.

Entre los rubros más destacados están el arroz, del cual se produce en los asentamientos del IAD alrededor del 40 % de la producción nacional, igualmente tomate industrial, así como otros importantes cultivos de consumo básico.

En cuanto al crédito agropecuario, durante el período 1984-2004 se otorgaron 103,264 créditos y se desembolsaron más de seis mil millones de pesos, para abarcar una superficie superior a los 13 millones de tareas. De estos créditos el cultivo del arroz es el mayor beneficiario, lo que es una constante tanto en el sector reformado como en el no reformado.

Por otro lado, desde 1992 se viene aplicando un programa de titulación definitiva, que, aunque por diversas razones no ha avanzado a la velocidad deseada, ha permitido otorgar durante el período 1994-2006, 9,416 títulos definitivos a igual numero de parceleros. Este paso tiene una gran trascendencia en cuanto al futuro de la vida rural dominicana.

Es evidente que, no obstante las cifras que hemos presentado, persisten en el área de la reforma agraria grandes vacíos que deben ser resueltos. Por ejemplo, tenemos el caso de que un alto porcentaje de las tierras bajo la administración agraria permanecen improductivas o en muy bajos niveles de productividad. Para el año 2004 de los más de 10 millones de tareas que ha otorgado el IAD, solo 2, 261,930 estaban bajo cultivo, dato que refuerza nuestra afirmación de la necesidad de buscar respuestas a fallas que hoy existen en la reforma agraria.

Una evidente desigualdad se observa en lo relacionado con el crédito. Recurriendo nuevamente a los datos estadísticos del IAD correspondientes al año 2004, encontramos que del total de créditos agrícola otorgados para los asentamiento, el 88% estuvo destinado al cultivo del arroz. Aún reconociendo el valor de este cultivo, así como sus elevados costos de producción, se hace necesaria una mejor justicia en la aplicación del crédito, a fin de que otros asentados puedan ser más eficientes en sus tareas agrícolas.

En nuestra valoración de la reforma agraria se hace necesaria una evaluación de los impactos que la misma ha tenido en nuestra vida rural. Evaluación que no debe limitarse al dato meramente cuantitativo, sino que debe llegar a sus impactos de tipo sociales y hasta ambientales. Resultaría de valor conocer cuál ha sido el impacto de la reforma agraria en aspectos como la migración rural, la educación, la calidad de la vivienda, la deforestación, así como cuáles son las expectativas del habitante rural de hoy.

Por otro lado, en cuanto al proceso administrativo, es necesario tomar determinaciones sobre propiedades que hoy son urbanas, o turísticas; resolver la situación pendiente con antiguos propietarios que no han sido resarcidos, acelerar el otorgamiento de títulos definitivos. En fin, son aspectos que nos trazan las pautas a seguir y sobre los cuales volveremos en un próximo artículo.

El autor es Director del Instituto Agrario Dominicano