Restauración

Restauración

Se cumplen este día 144 años de la Restauración de la República, epopeya que muchos identifican como la verdadera independencia nacional.

La historia reseña como origen de la lucha restauradora la anexión del país a España, un paso dado por el general Pedro Santana que colocó al país nuevamente bajo dominio extranjero.

 Debido a que el país no disfrutó a plenitud la independencia declarada el 27 de febrero de 1844 por una cadena de incidentes políticos y sociales, para muchos la gesta que tomó cuerpo 19 años después constituyó la verdadera independencia. Tema de debate habrá de ser.

Para estos tiempos anda el país de sobresalto en sobresalto, debido a la celebración de elecciones cada dos años.

La fecha 16 de agosto, en la que se conmemora la Restauración, está también en la agenda de los partidos políticos, y la conmemoración de la epopeya siempre se desnaturaliza. Cuando no es porque hay cambio de mandos, es porque estamos inmersos en el laborantismo político de las elecciones de un año más adelante.

Parece que esta fecha no inspira los mismos arranques de patriotismo que otrora, cuando el escrutinio electoral se celebraba cada cuatro años.

Parece que la gesta que patrocinaran Gregorio Luperón, Gaspar Polanco, Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella, Benito Monción, Pedro Antonio Pimentel y Pepillo Salcedo está siendo relegada en el recuerdo y suplantada por el discurso y las ambiciones de los políticos contemporáneos.

Y es bueno que se recuerde que el país necesita permanentemente gestas restauradoras, acordes con los tiempos y las circunstancias.

Nos toca restaurar la moralidad general y los valores del buen vivir, restaurar la seguridad pública y la confianza, restaurar la familia hoy en desbande, y así por el estilo.

La gesta de hace 144 años, que tuvo sus motivaciones ajustadas a circunstancias y acontecimientos propios de la época, debería inspirarnos a ser esforzados y permanentes restauradores de todo cuanto  hayamos perdido, como inspiró a los próceres de entonces la pérdida de la independencia. Que así sea.

Cuidado con las burbujas

El mercado bursátil está convulso.

Las sacudidas comenzaron en Wall Street y se han dispersado por todo el mundo.

Los expertos resumen las causas en un efecto que denominan “burbuja”, en cuya naturaleza no vamos a adentrarnos.

Lo cierto es que estas convulsiones en el mercado bursátil de Nueva York,  el más importante, ya repercuten en todas partes del mundo, por causas de la globalización, la apertura económica.

En lo que concierne a la República Dominicana, muchos extranjeros son tenedores de valores, letras de cambio, bonos y otros instrumentos de origen local y hay que estar muy atentos a lo que pasa en la bolsa de valores.

En algunas partes del mundo ha habido presiones debido a que tenedores de valores asustados por la sacudida del mercado bursátil, han querido redimir repentinamente los valores en su poder, poniendo en dificultades algunos bancos.

Debemos ser cautelosos en esta materia y tratar de que no repercutan aquí las presiones que ya se sienten en otros lugares.

 Cuidémosnos  de estas “burbujas”.

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