Río San Juan en calamidad

Río San Juan en calamidad

POR PEDRO GERMOSEN
Una escasez de agua potable y un problema de bajo voltaje que superan el punto crítico, encima del desempleo y la desatención, hunden a río San Juan en una situación calamitosa que, para sus munícipes, pinta un futuro incierto al desarrollo y bienestar a que tienen derecho.

Así lo plantea el Comité Gestor por un Mejor Río San Juan, que integran, entre otros, Domingo de León, Julio César Méndez, Freddy García y Rafael Báez, quienes advierten que el pueblo está irritado y en disposición de llevar el reclamo a las calles.

El Comité Gestor precisó que a los apagones están acostumbrados, pero el problema mayor es el bajo voltaje que amenaza la producción y la tranquilidad hogareña.

De León, Méndez, García y Núñez reclaman la intervención urgente de las autoridades.

Como último recurso, advierten, los pobladores de Río San Juan, si no son atendidos, se irían a la huelga e incluso impedirían el tránsito por la ruta Puerto Plata-Samaná.

“Este pueblo está acabado y los políticos, responsables en alguna medida de ayudarnos, empujarnos o sacarnos hacia adelante, sólo vienen a buscar votos”, dijo De León.

 Indicó que durante la mayor parte del día, de los 110 voltios que debe tener el fluido eléctrico en los hogares, a veces no llega ni a 20.

“Ahora mismo”, dijo ayer tarde, “los 220 voltios que utilizan mayormente los negocios apenas está en 55 voltios y en la noche, cuando llega la hora pico del consumo, sigue bajando.”

Informó que la situación del agua potable en Río San Juan no es menos caótica, ya que, pese a que el acueducto fue inaugurado en abril del 2004, éste opera con energía eléctrica.

De León refiere que, paradójicamente, anteriormente la crisis del agua era menos mortificante puesto que el viejo acueducto distribuía el agua por gravedad. Ahora, dijo, hay que estar a la espera de que el Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillados (INAPA) envíe el gasoil para alimentar la planta del acueducto, ya que, sostuvo, los apagones y, sobre todo, el bajo voltaje, no dan tregua.

Resaltó que el agua llega a los grifos domiciliarios una hora, o dos al día, en el mejor de los casos.

“Por el agua es que comienza la vida y si no hay electricidad para la planta del acueducto la situación no puede ser más preocupante”, expresa.

Los 17 mil habitantes de Río San Juan constituyen un municipio de la provincia María Trinidad Sánchez que las autoridades han dejado, al parecer, a merced de la desgracia, se lamenta De León.

Señala que los pobladores de aquel municipio nordestano cuentan con pocos centros para ganarse honradamente el sustento y, a su decir, algo en broma, algo en serio, el principal empleador de aquella zona es “Me la Busco, S.A.”

De León resalta que una comunidad con tan alta vocación turística, en razón de sus bellezas naturales y la hospitalidad de su gente, debe contar, para desarrollarse, con servicios vitales como el agua y la electricidad.

Los campos, señaló, están abandonados a su suerte y los trabajadores agropecuarios sufren la desatención, el desempleo y las precariedades que se derivan de este dramático cuadro humano.

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