Ciudad del Vaticano. El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, celebró en la plaza de San Pedro, ante miles de personas, la misa de agradecimiento por la canonización de la madre Teresa de Calcuta, de la que dijo que su secreto fue ver “el rostro de Dios” en los más desfavorecidos.
El secreto de la nueva santa “fue descubrir en los pobres el rostro de Dios, que se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con nuestra pobreza”, dijo Parolin en la habitual misa de agradecimiento.
La madre Teresa de Calcuta fue canonizada ayer en el Vaticano por el papa Francisco ante más de 100.000 personas y tras 19 años de su muerte, que se cumplen hoy. En la misa de agradecimiento, el Secretario de Estado subrayó que la santa fue “un admirable ejemplo al servicio del prójimo, especialmente de las personas más pobres, débiles, abandonadas. Un ejemplo para los que quieren encontrar indicaciones y estímulos para vivir como discípulos».
“La Madre Teresa amaba definirse como un lapicero en manos del Señor”, recordó Parolín, que agregó- «¡Cuántos poemas de caridad, de compasión, de confort y alegría ha sabido escribir este lapicero!». Al igual que hizo ayer Francisco, Parolin destacó la lucha de la madre Teresa contra el aborto al afirmar que la santa “identificó a los niños no nacidos y amenazados en su existencia como los más pobres entre los pobres». Recordó en su homilía que durante su discurso para recoger el premio Nobel de la Paz en Oslo en 1979 dijo que era “muy importante entender que el amor para ser verdadero tiene que doler».
La madre Teresa de Calcuta subió a los altares de la Iglesia católica 19 años después de su muerte, tras un rápido proceso de canonización ya que fue proclamada beata el 19 de octubre de 2003 en otra ceremonia multitudinaria en el Vaticano. Un proceso para el que se han necesitado dos milagros aprobados – uno para la beatificación y otro para la canonización – y que han sido la “curación inexplicable” de Mónica Bersa, una mujer india de religión animista de 34 años y que padecía un tumor en el abdomen del que sanó en 1998, y del brasileño Marcilio Andrino, que curó de una grave infección cerebral en 2008.