Septiembre

Septiembre

 BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
25 de septiembre de 1963. Suena el teléfono directo. El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó escucha la voz del general Belisario Peguero Guerrero, jefe de la Policía: Espérame afuera.

Vamos a dar una vuelta. Caamaño era jefe de la fuerza de choque antimotines de la Policía, conocida por el color del casco que vestía sus efectivos (los cascos blancos). Tan pronto sube al carro, Belisario le comenta: Ahora sí llegó nuestra oportunidad. De esta vamos a salir ricos. Horas antes se produjo el cambio de gobierno que desplazó a Juan Bosch y al Partido Revolucionario Dominicano del poder. El jefe de la Policía lo que piensa y le dice a su amigo Caamaño es que se van a convertir en ricos.

Caamaño cuenta que hasta ese momento él, formado en la escuela del anticomunismo de la «guerra fría» creía que Bosch era desplazado del poder por comunista.

  ¡Qué comunista ni comunista! Esta es nuestra oportunidad, Francis, no la desperdiciemos. Oye, vamos…

De pronto escuchamos un bombazo cerca del Comando Constitucionalista, la noche fue iluminada por el estallido de una luz de bengala que impactó en la pared posterior de la casa del reverendo Milcíades Díaz Santil, frente a doña Elena Majluta, en la Pina casi esquina Padre Billini.

Nos comunicamos con el nuncio Enmanuelle Clarizzio, un hombre que simpatizaba y apoyaba a los anticonstitucionalistas, pese a que conocía de sus crímenes de lesa humanidad, era un sinvergüencita ese cura, nos engañó., nos hizo creer que era imparcial. Nos quejamos de la violación al cese de fuego y esperábamos su respuesta.

El coronel Caamaño inició una ronda de preguntas que sirvió para que todos dijéramos si nos conocíamos desde antes del 25 de abril, dónde y por qué.

No recuerdo pero pude haber sido yo quien le preguntó cuándo comenzó a pensar, analizar, buscar hasta llegar a la convicción de que había que hacer algo para reencaminar el país hacia la búsqueda de la democracia.

Entonces Caamaño contó la conversación con Belisario la mañana del 25 de septiembre de 1963.

La desgracia de septiembre del 63 fue provocada por el gobierno norteamericano, la Iglesia Católica, los comerciantes e industriales ricos y militares engañados por el espejismo anticomunista.

Miles de muertos dominicanos y extranjeros, incluyendo líderes como Manolo Tavárez Justo, Rafael Fernández Domínguez, Juan Miguel Román, Teófilo Ortiz (Pata Blanca), Juan Lora Fernández y otros, son culpa de los golpistas de 1963.

La tragedia de septiembre de 1963 dejó una secuela importante y varias lecciones.

La más desagradable de esas lecciones es que mientras los buenos mueren asesinados, apaleados, torturados, como dijo el poeta Andrés Eloy Blanco «el hijo vil se eterniza…»

Los muertos nuestros son tantos como los de setiembre de 1973, en Chile y en ambos casos, más que los de septiembre del 2001, en Nueva York.

Recordemos y honremos nuestros muertos…para que no se repitan jamás acontecimientos tan desgraciados como aquellos.

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