Mañana el Teatro Nacional Eduardo Brito celebra su 35 aniversario con el concierto Todo Beethoven, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección del maestro José Antonio Molina.
Serán interpretadas la Quinta y la Novena Sinfonías, con las voces unidas de los coros Nacional, de la Catedral y de la Suprema Corte. Actuarán como solistas invitados: Yali-Marie (soprano), Leslie Mutchler (mezzo-soprano), Dan Snyder (tenor) y Stephen Morscheck, bajo-barítono.
Quinta Sinfonía. En do menor. La construcción de sus cuatro movimientos tiene como base cuatro notas, con las cuales inicia la obra y retorna una y otra vez, dándole extraordinaria unidad. Esta recurrencia significaba para Beethoven la llamada del destino.
El segundo movimiento, Andante con moto, es un tema con variaciones. El tercer movimiento Scherzo: Allegro comienza misteriosamente y prosigue salvajemente en los metales con una forma derivada de la llamada del destino.
La Coda es memorable, considerada como la firma más personal del inolvidable Beethoven.
Novena Sinfonía
En re menor. Para la época en que fue estrenada, 7 de mayo de 1824 en el Teatro de la Corte Imperial de Viena, las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, prendían en las nuevas generaciones dando origen al movimiento cultural Sturm und Drang (Tormenta e ímpetu).
Este movimiento, nacido en Alemania, principalmente literario pero también musical, supone la disolución de las formas cortesanas, haciendo énfasis en la libertad y el sentimiento, anticipando lo que sería el romanticismo. Beethoven encarna ese tránsito entre el clasicismo y el romanticismo, rompiendo el esquema cerrado de las formas musicales, para adaptarlas a esa incipiente libertad individual.
Intérprete de su época, Beethoven busca un acercamiento con las mayorías, utilizando melodías simples de sabor popular, lo que explica la escogencia de los versos de la Oda de la Alegría de Friedrich Schiller, para el movimiento final de su Novena Sinfonía, en los que la magia de la alegría se hace símbolo de unión, de confraternidad.
La Novena Sinfonía, llamada Coral por la inclusión de los coros, consta de cuatro movimientos; inicia con un Allegro ma non troppo, de poderosa forma con un tema principal, y un volumen brutal.
El segundo movimiento calificado por los musicólogos como el infierno en llamas, por su contundencia y velocidad, es suavizado en la recapitulación.
El tercer movimiento Adagio molto e cantabile, es sosegado y conduce a lo que será el cuarto movimiento, un Presto que inicia con breves recapitulaciones de los movimientos anteriores.
Finalmente, el bajo solista irrumpe con la llamada Amigos no en esos tonos tras lo cual la melodía del himno a la alegría es tocado primero por la orquesta seguida por el coro: Alegría, bella chispa divina, hija del Elíseo, ebrios de tu fuego, entremos oh celestial en tu santuario.
Tus encantos unen de nuevo lo que rigurosamente separó la sociedad. Todos los hombres se hermanan. Allí donde se posa tu suave ala. ¡Multitudes, fundíos en un abrazo fraterno!.
La Sinfonía avanza y se eleva sobre sí misma mientras los coros llegan a niveles atronadores, el prolongado cántico final es un desenlace único de sinfonía, en el que se logra el propósito de fraternidad universal, haciendo sentir a muchos sensibles, realmente hermanos.
Algo más
La Quinta Sinfonía
Es una de las composiciones más populares y conocidas de la música clásica, llamada también La Sinfonía del Destino o La llamada del Destino.
La Novena Sinfonía
Ha sido tocada en varias ocasiones en nuestro país, la última de ellas como cierre del IV Festival Musical de Santo Domingo 2003. La Novena Sinfonía se ha convertido desde 1972 en el Himno de la Unión Europea y fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, en enero de 2003.