Petion Ville-Haiti.-En la frontera República Dominicana-Haití se han identificado 31 puntos de intercambios comerciales informales. Incluso estos existen en las provincias donde se hacen los mercados binacionales formales y en ambos casos hay carteles o monopolios que controlan la oferta o demanda de productos.
De acuerdo a una investigación que caracteriza el comercio binacional en la frontera, en los puntos informales los vendedores dominicanos tienen las llamadas «organizaciones o asociaciones» por rubro que funcionan como carteles en los que nadie más puede entrar. Mientras los compradores del lado haitiano, cada vez menos, controlan los flujos de mercancías hacia los diferentes puntos.
Estos datos están contenidos en un estudio realizado por los investigadores y académicos Juan del Rosario y Wagner Gomera, que forma parte de los diagnósticos de situación del Observatorio Binacional, Migración, Medio Ambiente y Comercio (OBMEC), iniciativa de universidades de ambos países con el auspicio de la Unión Europea.
Destaca que en la provincia de Dajabón hay 11 puntos informales, de los cuales seis están en Restauración; Elías Piña 11; Pedernales 6, incluyendo un paso por mar en esta provincia hacia Ansé a Pitre en Haití; en Monte Criti hay uno y en Independencia dos.
La investigación revela que mientras menos formal es el punto de comercio, en mejores condiciones están los productos, es decir los productos que se comercializan de manera informal se encuentran en mejores condiciones que los que se dan en los formales.
En el comercio formal e informal se comercializan principalmente productos agropecuarios, industriales y agroindustriales. Los principales productos comercializados son tabaco, guandules, tamarindo, maní, maíz, habichuelas, café, mango, tabaco y otros menores, además de textiles.
Los investigadores Del Rosario y Gomera han identificado que los 31 puntos de intercambios comerciales informales tienen dos características, algunos llamados de flujo, donde las personas solo llevan sus productos para que sean vendidos y otros denominados puntos donde las personas van a comercializar directamente sus productos.
Condición de los mercados. La investigación revela las deficiencias físicas en que operan los mercados fronterizos y la contaminación a la que están expuestos los productos sobre todo los alimentos.
Resalta que las plazas comerciales dominicanas presentan mejores condiciones que las haitianas, donde no existen, pero aun tienen muchos aspectos que deben mejorar.
El estudio de Del Rosario y Gomera recomienda la regulación y formalización del mercado fronterizo en cuanto a informalidad, donde exista un protocolo de comercialización y gestión fiscal específico. Además que ambos gobiernos mantengan una política de información efectiva sobre los impuestos que se cobran en la frontera, como forma de contribuir a transparentar el cobro de impuestos a las mercancías que ingresan en ambos lados de la frontera, como forma de estimular la formalidad.
También llama a realizar otras investigaciones para analizar la estacionalidad del comercio informal en la frontera, cuantificar el volumen y valor del comercio informal en todos los puntos de la frontera y el impacto de la veda o restricción de productos dominicanos, entre otras.