Expectativas en el sector energía

Expectativas en el sector energía

Los llamados Acuerdos de Madrid han llegado a su término, y ese hecho, por sí solo, reporta un cambio positivo en el sector energético. La compra y venta de energía queda ahora en libre competencia, con ofertantes y compradores que, acogiéndose a las pautas de la Ley General de Electricidad, negocian en un mercado de oportunidades. La competencia, de por sí, y la inexistencia de las onerosas ataduras de los acuerdos extinguidos, deberían influir en un abaratamiento de la electricidad para distribuidores y usuarios. Esa es la expectativa.
La coyuntura parece buena para tratar de corregir algunos entuertos. Lo primero es ajustar a la realidad los costos generales de la energía, desde su fuente de generación hasta los usuarios, y hacer menos oneroso este servicio. Y a seguidas, trabajar para que cada vatio puesto en línea sea pagado a un precio razonable, rentable para generadores y distribuidores. Estamos partiendo de que el mercado spot que ha quedado abierto y las Edes respondan a una dinámica acorde con las necesidades nacionales.
El resultado de todo debería ser que el ansiado pacto eléctrico y las nuevas reglas de contratación de energía pasen a sustituir las pautas que convirtieron el mercado energético en un ámbito de altísimo costo y pésima eficiencia.

El sistema judicial en crisis

El titular podría saberle a malapalabra a algunos que quieren tapar el sol con un dedo, pero la realidad es que el sistema judicial está en un serio entredicho. El foro celebrado antier por la Coalición Acción por la Justicia y la Seguridad, por voz de expertos en asuntos jurídicos, sacó a relucir que muchos jueces fallan de una manera o de otra sobrecogidos por el miedo. Y ahí se citó como ejemplo los traslados de magistrados como sanción por faltas no cometidas. Por otro lado están los jueces que se han dejado arrastrar por la corrupción, una práctica por la que se investiga a varios.
Entre la politización, la corrupción y la falta de recursos económicos tienen a la justicia sumida en un estado crítico. Bajo las condiciones señaladas, en malas manos están la seguridad general y las garantías jurídicas de este Estado Libre de Derechos.

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