Familias de submarino ARA San Juan expresan dolor, abandono

Familias de submarino ARA San Juan expresan dolor, abandono

Lucia Zunda Meoqui, sister of Adrian Zunda Meoqui, left, an Argentine Navy officer of the "ARA San Juan" submarine that sank and disappeared on Nov. 15, 2017, cries as she and others chain themselves to the fence of Government House in Buenos Aires, Argentina, Thursday, June 28, 2018. They are demanding that the Government find the ship. (AP Photo Jorge Saenz)

Lucha, dolor y abandono. Son palabras que eligen familiares de los 44 submarinistas desaparecidos en el Atlántico desde hace casi 8 meses para describir una angustiosa espera que ahora viven desde las tiendas de campaña que instalaron ante la sede del Gobierno en reclamo de una respuesta.
“No podemos programar nuestra vida, estamos parados en una vida que no es la nuestra, nos falta una parte. Es el presidente (Mauricio Macri) el que se tiene que sensibilizar ante este dolor y buscar de forma rápida una empresa que sea la adecuada, con la tecnología que se necesita”, denuncia Marcela Moyano, esposa tripulante Hernán Rodríguez.
Una veintena de allegados de los «44 de acero”, como los bautizan en las pancartas que plagan la Plaza de Mayo, duerme en condiciones cuestionables para exigir que se contrate a una empresa privada que busque el submarino ARA San Juan, porque consideran que es la única manera de que su reclamo “no quede en el olvido».
Tras varias jornadas encadenándose por turnos a las rejas que limitan la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, en forma de protesta, ya cuentan con mantas, comida y hasta carpas para defender sus tiendas de campaña de la lluvia gracias a que la ciudadanía se ha solidarizado con su dolor. Mientras, según afirman estas mujeres, desde el Gobierno y la Armada argentina, a cargo del sumergible, solo reciben “café y unas barritas de cereales” dos veces por jornada.
Desconocidos se acercan a las sillas en las que reposan madres y esposas de los desaparecidos, las besan sin conocer sus nombres, lloran con ellas y las aplauden por su nervio, reclamando una justicia que avanza lentamente para esclarecer qué ocurrió con el submarino el 15 de noviembre 2017.
“Es increíble que esto, que es tan importante, una causa nacional y una preocupación internacional (…), no se transforme en una razón de Estado para nuestro presidente y no cumpla con su promesa de agotar los recursos para encontrarlos”, asegura el padre del teniente Alejandro Tagliapietra, Luis Tagliapietra.

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